jueves, 28 de febrero de 2008

POESIA y CHAMAME- recurso guaraní- (nueva respuesta a EL FESTIVAL....)

Foto:atardecer en un arroyo (Paso de los Libres)

por Santiago Delgado


Compaisano Maciel, mbaépa reicó chamigo!

Después de un respetuoso silencio reflexivo, me atrevo a intercambiar algunas miradas con respecto a nuestro chamamé. La crítica literaria que realizó refriéndose a la pobreza del contenido poético de ñande género musical, está teñida de cierta soberbia intelectual provocadora, muy propia del profesional criado en la ciudad, que desconoce quizá el acervo de los pueblos y de los campos del interior correntino.


Desde un punto de vista antropológico e histórico, Ud debería saber que las canciones responden a un contexto socio-cultural determinado, debe tener en cuenta cuando hace un paralelo con el Tango, que nuestra provincia padeció una pedagogía colonial y conservadora de 500 años, cuyo propósito fue dejarnos “Sin Palabra”, sin nuestro avá ñeé y en esa imposición cultural del castellano, tuvimos que reinventar la voz arrancada, en “una guerra de acentos y palabras”,perdimos expresión y contenido, perdimos nuestra forma legítima de expresión y comunicación El Guaraní.


Entonces nuestros primeros poetas populares en un intento desesperado por conservar las raíces y la esencia musical y cadenciosa de la lengua originaria, escribieron en castellano, queriendo escribir en guaraní, apoyándose en palabras agudas, en vocablos guaraní sueltos y en giros lingüisticos propios de la región. El pueblo correntino y litoraleño, se apropió colectivamente de esas canciones chamameseras “…el pueblo (tuvo ) que reinventar una expresión considerada “Baja”,poco formalizada, en gran parte despalabrada….que las élites culturales desprecian…”


Pero la memoria de nuestra historia fue reivindicada por Osvaldo Sosa Cordero, por Carlos Alberto Castellán, por Julián Zini con las palabras del conquistador, hablando con la boca de otra gente, y tantos otros como los que Ud también ha mencionado. Este es el drama de la lengua guaraní que está latente en el castellano del Litoral, en todos los dominios de la expresión socio cultural, queriendo renacer como un hecho social, en un entorno cultural de mentes colonizadas y eurocentristas.


El proceso ya lleva 500 años y la lucha desigual continúa, está en nosotros cambiar el rumbo por medio de la EDUCACIÓN.

“Pero tenemos esta luz secreta,
Esta música nuestra soterrada,
Este leve clamor,esta cadencia
Este cuño solar,esta venganza
Este oscuro puñal inadvertido
Este perfil oral,esta campana
Este mágico son que nos describe
Esta flor en la voz,¡nuestra Tonada!”


Fragmento del Poema
Digo La Tonada
Antonio Esteban Agüero.

Bibliografía consultada:
-Bartolome Melià :El Guaraní Conquistado y Reducido. Ensayos de Etnohistoria.

ver notas anteriores del tema en : http://la-chicharraviajera.blogspot.com/2008/02/respuesta-la-nota-fiesta-nacional-del.html


Nuevo Cometario de Alejandro Maciel

OBJECIONES AL AIRE

Una alarmada amiga me escribió creyendo hallar la falla moral de mis especulaciones en torno al chamamé y sus letras penosas. Esta querida amiga, observa, anota y deja escrito que mi error consiste en comparar el chamamé que es una expresión netamente popular con el tango que es música de ciudad, de poetas formados, de ambiente de cafés e intelectuales letrados.
Muy bien, acepto la observación pero enumero:
-Lucero, solito, brote del alba, ¿dónde iremos a parar si se apaga Balderrama? (“Balderrama”, de Manuel Castilla).
-Una pena enamorada, pena sin cesar, buscando volverse copla pa hacerme llorar (“La flor azul”, Antonio Rodríguez Villar).
-Si pasa sobre la arena y va pisando la luna, mirando flores de alfalfa, sus ojos negros se azulan (“La pomeña”, de Gustavo Leguizamón).
-Mi zamba no canta dichas, sólo pesares tiene el paisano, con las hilachitas de una esperanza forman sus sueños los tucumanos (“La pobrecita”, de Roberto Chavero).
-Las manos de mi madre se brindan cálidas, nobles, sinceras, limpias de todo; ¿cómo serán las manos del que las mueve gracias al odio? (“Como pájaros en el aire”, de Roberto Carabajal).
-El agua del Calchaquí, padre de toda la tierra, cuando uno se va y no vuelve, pasa llorando y se aleja” (“La arenosa”, de Gustavo Leguizamón).
-Mi sangre canta por dentro como la lluvia por fuera; la noche canta y convierte sus pájaros en estrellas, pero cuando canta el pueblo musicaliza mis penas (Para cantar he nacido”, de Adolfo Marino).
-Al quemarse en el cielo la luz del día, me voy.. (“Zamba para no morir”, de Norberto Ambros).
-No quiero cantar olvidos ni recordar lo que amaba, porque son como dos muertes, el olvido y la distancia, de lejos me queda cerca volver cantando tonadas (“Regreso a la tonada”, de Francia Fioravante).
-Desde abajo, soy el gajo, que se agarra al temporal, mientras la tierra me aguante el brote florecerá (“Madurando sueños”, de Chacho Echenique).
Creo ocioso seguir multiplicando ejemplos, cualquier persona interesada puede tomar al azar el cancionero popular argentino y encontrar estas joyas en cuecas, zambas, tonadas, chacareras, coplas, canciones. No creo que estos autores hayan egresado de Harvard ni tengan a mano a filósofos y lingüistas para debatir temas ontológicos o etnográficos todos los días en una mesa de café como tampoco lo hacían los poetas del tango, más amigos de hablar de prostíbulos y milongas que de la influencia de Protágoras en las teorías atomísticas.
También ellos y ellas, los autores que mencioné en esta selección casi al azar, provienen de regiones con antepasados indígenas y mantienen (por ejemplo el quechua) ese idioma como forma viva de comunicación con lo sagrado y no como decoración para la fiestas de fin de año o rótulos de los festivales folklóricos.
Mucho se cacarea acerca de nuestra supuesta identidad guaranítica pero los más enfáticos defensores de estas tesis, lo he podido comprobar viviendo en Corrientes, están muy poco dispuestos a ponerse a estudiar seriamente fonética, sintaxis y gramática guaraní. En la ciudad de Corrientes no se habla guaraní, ni siquiera la mayoría lo entiende para comprender a un guaraní parlante proveniente del Paraguay o de algunos pueblos del sur de la Provincia donde quedaban familias que hablaban exclusivamente el guaraní hasta hace unos años.
Desconozco el estado de situación actual.
Alejandro Maciel.

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