sábado, 15 de diciembre de 2012

Asombrados -Lógica de una metamorfosis en la Cosmovisión mbya- por Enrique Acuña






  
ASOMBRADOS (*)

- Lógica de una metamorfosis en la cosmovisión Mbya-

                                                                                                  Enrique Acuña

En el mito de Kapitá Chikú citase el caso de un hijo de éste del que se había apoderado el alma de un tigre, abandonándole su propia alma. 
El padre estuvo a punto de eliminar al hijo, cuando Tupá mando un granizo con el que la madre ahuyentó al alma del tigre y pudo volver a encarnarse en el chico.
 El caso presenta todos los aspectos de un caso de demencia.

León Cadogan
Ayvu Rapyta
  
0-El Psicoanálisis frente al Tabú de “Lo social”

 En 1912 Freud se interesa en la lectura del etnólogo George Frazer , en especial su libro La rama dorada –Magia y Religión- para demostrar en su texto Totem y Tabú que hay “algunos aspectos comunes entre la vida social de los pueblos primitivos y los neuróticos”.  Así, lo social se introduce en su clínica individual  al tratar de aplicar el psicoanálisis a los problemas sociales.

Las neurosis –dice Freud-  presentan “profundas analogías con las producciones sociales del arte, la religión y la filosofía”.  A diferenciar: “Una histeria es una caricatura de una obra de arte, una neurosis obsesiva es una caricatura de una religión y un delirio paranoico es una caricatura de un sistema filosófico deformado”(1).  El común denominador es que tanto los neuróticos de Viena como aquellos “australianos,  miserables caníbales desnudos”, se imponen también, la misma ley: el horror del incesto.  
 Este Tabú es universal, aunque la representación social del mismo cambie. Para cada uno su Tótem como suerte de apellido particular que nombra esa ley para cada clan.  Para todos los mundos posibles, el padre original que gozara de todas las mujeres está muerto, solo queda la nostalgia –hubo Uno antes que goza- y su marca después de la comida totémica que lo incorpora.

 El Frazer de Freud fue Levi-Strauss para Lacan. De su etnología estructuralista capta los sistemas simbólicos que organizan el Edipo y  su eficacia de un “significante cero”; primordial, de donde surge el concepto de Nombre-del-padre en los años cincuenta y finalmente el agujero de lo singular, un real sin ley sobre el cual se organizan las clasificaciones. “El mito individual del neurótico” es de acento antropológico de Lacan, tanto como “el significante de lo imposible” con el que responde a la función de sutura entre ritual-mito en Levi-Strauss.

En 1956, en una conferencia de Levi-Strauss, Lacan  interviene a puro juego de deuda y don, no sin ironía: “Diré que los significantes están hechos de algún modo para seriarlos, para organizarlos, para llevar a  cabo una elección. Ese es el fondo sobre el cual se inscribe la experiencia analítica, incluso la experiencia etnográfica, a saber,  que usted encontró allá lo que podemos encontrar en nosotros; que para encontrar eso no hay necesidad de buscar tan lejos.”  

 Finalmente, en el estado de la ciencia en el siglo XXI,  Sociedad e Individuo se juntan y separan en el sujeto del inconsciente, resto de la falsa oposición. Pero frente a la ciencia que ya no se identifica a la verdad sino a la información técnica, el psicoanálisis y la etnología, como otras ciencias sociales,  se conectan según la pragmática de lo que se quiere demostrar cada vez.

1-La imagen que resiste el tiempo
 En el caso  los testimonios que pude recoger de los Mbya Guaraní en el film La sombra del Jaguar,  el documental testimonia  un estado actual de esa cultura a partir del relato de sus chamanes en Misiones (Argentina) y Paraguay.
Ellos cuentan –con gesto teatral- la Creación del Mundo desde el Mito de Sol y Luna (Kuaray-Jasy) y su articulación en los rituales de Bendición de los frutos (Ñemongaraí),  Bautismo de los niños (Mita Rery)  e Iniciación sexual (Ñengué).  Desarrolla también  la lógica secreta que demuestra que la constitución de un “ser” identificado al monte del mbya es reciproco y reversible  a formas del Mal  a partir de un Tabú a la metamorfosis (Jepotá).

 La palabra Jepotá refiere a la transformación en almas míticas animales como el Jaguar, como un nombre de la locura.  El film es también un llamado de una etnia que sabe que su territorio no es la mesiánica  “Tierra sin mal”. Los mitos se recrean en cada fogón con los abuelos frente  a los niños, sin escritura, con una “computadora en la cabeza” (Alejandro Benitez) como memoria histórica de una identidad étnica. La construcción de este “nosotros” mbya es la historia de su mesianismo, el milenarismo y la migración; la común unidad lograda por la certeza espiritual de pertenecer a los “elegidos para vivir en el monte”.

 La pregunta que nos plantean los testimonios es sobre los límites de la eficacia simbólica que une Mito con Ritual y los caso de sujetos singulares. Por otro lado,  el valor de la palabra en su acepción de acto de nominación frente a casos de “locura”, almas poseídas cuando la sexualidad  -lo que no tiene representación - se encuentra con un hueco de lo simbólico. Tal el caso de la metamorfosis  en Jaguar que hace de la persona mbya un  “asombrado”, un ser sorprendido fuera de lo especular, en la sombra del Otro, en una falta en lo real.

 Atendemos entonces al testimonio de Matías Sosa,  Opyguá (chamán ) Aldea Yryapy, registrado en el documental La Sombra del jaguar –Kuaray´a Chivi- donde dice:
“En Ñengüé las chicas tienen que estar quince días encerradas. Solo pueden comer un poco de batata asada y maíz .  Cuando salen tienen que bañarse y pintarse la cara con cera (Ichy). Ponerse pintura en la mejilla y los tobillos para no transformarse (Jepotá) en lombriz.   En la cara para no enloquecer por un hombre. Si un hombre la engaña viene la transformación. Es una locura. Ahí ella puede imitar (Jepotar)  un Jaguar, un Tapir, un Venado…”

Aquí lo inquietante de “la metamorfosis de la pubertad”, parafraseando a Freud es la extrañeza de un cuerpo que parecía familiar, y se vuelve otro para si mismo, sin una significación propia. Esto hace que la persona se vuelva extraña a su ser mas intimo. La causalidad de la transformación del jepotá se piensa desde un afuera, ambiental pero trastoca en un movimiento externo-interno la topología de las almas. Se localiza en un ser animal como el jaguar o el tapir,   o inanimado como  un árbol, la roca, el arroyo, que adquiere súbitamente una intencionalidad, es decir, quiere algo de alguien.

Dice Nicolas de Tekoa Jejy: Todos los arboles aquí tienen un alma, y si despierta ese alma quiere a una chica, y si ella no se cuida…

 Es interesante que sea la mirada del Dueño del Arbol, el causante de la posesión sexual, un objeto que se anima –toma forma de espíritu-. Es la  potencia de otra alma que se apodera del sujeto transformado. En la cosmovisión mbya este animismo supone que un objeto adquiere su potencia de lenguaje. No cualquier objeto, sino los constituyentes del mundo originario (Ywy Yma) que están ya determinados en el mito de la Creación y el ciclo de los Gemelos Sol-Luna (Kuaray-Jasy) que funcionan como civilizadores. Ahí el monte sagrado (Kaaguy porá) es nombrado pieza por pieza por Sol como agente nominalista de lo divino que designa a cada cosa su palabra referente que lo clasifica (el coati, los peces, el fruto de Ygay, etc.).

Viveiros de Castro (2), desde el perspectivismo post-estructural, muestra la conciliación que logra el mito en la inconstancia del alma: “Las narrativas míticas son pobladas de seres cuya forma, nombre y comportamiento mezclan intrínsecamente atributos humanos y no humanos, en un contexto común de  inter-comunicabilidad  idéntico a lo que define el mundo intra-humano actual.

 El perspectivismo ameríndio conoce entonces en el mito un lugar, geométrico por asi decir, donde la diferencia entre los puntos de vista es al mismo tiempo anulada y exacerbada. En ese discurso absoluto cada especie de ser aparece a los otros seres como aparece para sí misma como humana, y entretanto hace como si estuviera manifestando su naturaleza distintiva y definitiva de animal, planta o espíritu”   


2-Dueños y sombras

 Los Dueños (já) de el árbol (Iwyra-Já), las piedras (Itá-Já), el arroyo (Yaka-Já) toman vida y adquieren una “intencionalidad”. Son los Dueños de los elementos primordiales en el kaaguy pora -selva sagrada-. Ellos requieren la costumbre normativa, prescripción y conducta, como pedir su permiso para acercarse, protectores y temidos. Son el alma de los ancestros: che ramoi, mi abuelo, rastro de los muertos guardados en el monte, ahora vivos.  

 Otros seres con alma son los Dueños de la noche  y los espíritus de algunos muertos que no quieren subir, quedan en la tierra y rondan de noche como  los Mboguá, seres maléficos que desean llevar a los vivos a otro mundo.

Relata en el documental comentado Rudy Sayas:
Nosotros decimos Pytu Piguá, ese era un ser humano pero por la noche, son los  Dueños de la Noche. Son personas asombradas. Nosotros tenemos dos asombrados: hay asombrados que están arriba y asombrados que están en la tierra. Por eso le dicen Mboguá. A veces uno escucha en algún lado un ruido parece que una persona habla o soñaste algo…parece que lo soñaste vivo pero es con el Mboguá con quien soñaste. 

A veces te quiere engañar, te quiere joder  por eso vos soñas con él. Si hoy murió, mañana, pasado o dentro de un año soñás con él; parece que lo ves vivo, soñando… Los Mboguá tienen su Paraíso bajo la Tierra pero no están enterrados. Cuando viene un sol bien claro y ves tú sombra, ese es el Mboguá. 

Cuando morís esta sombra sale de tu cuerpo, no está más. Si una persona, si yo estoy enfermo, y los Mboguá me quieren llevar tengo que poner atentamente fuerza.  Entonces si Dios te pone la mano en el corazón, si es cierto, te salva, eso es que resucitó de vuelta tu cuerpo.  Entonces decimos que de la enfermedad resucitó, a eso decimos Jepy –venganza-


3-Pasión animal y encierro
El mal puede apuntar directamente a esa “persona” hecha de la suma de cuerpo y alma  afectada por la una cierta “condicionalidad”,  en términos de la concepción mbya del alma: dos almas diferentes, una material y terrena conectada al cuerpo biológico (angua) que accede a los fluidos como el semen o la sangre, y otra que se une a lo celestial (ñe´é) hecha de fonemas solo pronunciables por los karai–opygua para conectarse en tres tiempos de la palabra-alma: preguntar, escuchar, entender- con su dios, “Nuestro Padre verdadero” (Ñande Ru Eté)

 Si el alma corporal –anguá- se vehiculiza por fluidos como la sangre, será la joven menstruando o la mujer después del parto, presa fácil de esa incidencia de la intencionalidad de la mirada del otro –el árbol, la piedra, el arroyo-  animado ya por la potencia de un alma que habitaba lo inanimado. Ellas llaman con su sangre (“largan un olor que llega lejos”) atrayendo la posesión de otra alma. En el varón la metamorfosis sería más fácil en el momento que el adolescente está “cambiando de voz”, signo del despertar sexual y de un cuerpo preparado ya para la procreación.

 Leemos un texto de Maria Paula Prates: “Así, hay cuidados para fortalecer la ñe´e en detrimento de la angué, del mismo modo que las conductas y sentimientos son controlados, una “persona” mbya es responsable de de dejarse o no manejar por otras perspectivas.  Un esfuerzo en mantener su cuerpo mbyá  es el mismo para mantener una conducta condiciente con las premisas del aguyje (condición de perfección).  

 Corporalidad, persona y aguyje como tríada que asienta la humanidad mbyá en una socio-cosmología compuesta también por otras humanidades. Conforme a las narrativas, una chica menstruando es mas susceptible a jepotar. Utilizando el ejemplo de un Tapir, que le aparece como un hombre, eso quiere decir que el cuerpo es una ropa, o que lo que está por atrás de ella es justamente otra humanidad –la del tapir- y de la que no sabe de antemano.”

Veamos a propósito de la mujer-tapir,  un testimonio de Norberto Benitez, Tekoa Pindo Poty:

Si una persona tiene contacto, no la vés mas como un animal; si esta imitando un Tapir, se ve como una mujer linda. No se ve como un animal por eso es fácil que uno pueda tener contacto…se forma como un Tapir. Así una señora vio un hombre muy lindo porque tenía contacto quedo como un Tapir; y la dejaron dentro del Templo y el marido volvió a vivir como era.  Antes había el poder de Dios y la medicina para que se vuelva otra vez. 
Había la abeja Eira pu´a que se traía y se dejaba dentro del Templo y le cortaba el pelo a la mujer. Salía la abeja, volaba por todos lados y le mordía los pelos de la cabeza…con eso se curaba.

Sigue Prates: “Cuando ocurre la metamorfosis, al transformarse en tapir  “ella sigue viviendo como un Tapir pero piensa que es gente y piensa que los otros Tapires son también gente. El ritual de pasaje para la pubertad de la niñas constituye un momento de transformar ese cuerpo, en fabricar ese cuerpo a fin de atender  a los atributos considerados de una humanidad mbyá.”
 “Cuando una niña menstrua por primera vez se dice que está en “nimbé”, en referencia a la cama alta donde debe dormir reclusa, a fin de evitar contacto con el suelo”. Entre el cielo y la tierra- dice Frazer -  ocurre la iniciación del ser sexuado. “Sus cabellos son cortados y un paño colocado sobre sus cabeza, dificultando que escuche la voz de cualquier ser, sea humano o no-humano.”

Sobre esta influencia, testimonia Norberto Benitez de Tekoa Pindo Poty:

“Eso es importante… cuando llega el Ñengué uno no puede quedar afuera como cualquier persona. Tenemos que hacer un encierro, quedar unos ocho días adentro sin salir afuera para protegerse de las cosas malas del mundo. Entonces ahí se puede proteger de los espíritus de los árboles o de la piedra. De todos ellos hay que protegerse durante la llegada del Ñengue. Tienen que estar adentro, y si salen de encierro tienen que hacer muchas cosas.  Trabajo en la casa para cocinar y andar rápido, todo eso tiene que aprender cuando llega el Ñengue. Cuando sale, debe cortarse el cabello de la chica  que estaba en Nimbé.”

  La relación entre la "persona" con sus dos almas y esa presencia extraña que es el propio cuerpo con su fluidos, es de una reciprocidad alterada: un intercambio  reversible entre un alma  y otra. Luego, la “persona”, el ser mbya regido por normas de convivencia estricta en el espacio reglado del tekoha,  se enfrenta a nueva ley que es la de los seres del monte. Este otro mantiene sus leyes de parentesco –marcado en ciertos enunciados como “nuestra hermana la abeja” (4) o “nuestro pariente el jaguar” (5). 
Al mismo tiempo son “otra cosa”, aquello que toma  propiedades del tabú: “lugares, personas, objetos y estados que entrañan la misteriosa propiedad (…) prohibiciones y todo aquello que es sagrado o superior a nivel vulgar y a la vez peligroso, impuro o inquietante” (Freud).

La observación de la cura chamánica, que se hace en templo (Opy) por el rezo del Opygua con una danza (Jeroky) que recupera el movimiento del cuerpo como humanizante, mas el humo del tabaco sagrado (Tatachiná) y el canto (Ñemboé) que introduce de nuevo el alma del poseído. Esto es lo posible cuando el sujeto no tuvo sexo aun con el animal, si lo tuviera cabe solo su muerte.  El sexo retrotrae a un estado anterior, porque la jaguarificacion por la metamorfosis alude en algún punto a la ancestral antropofagia, al padre totémico,  a la incorporación caníbal de un rasgo primario y a un acto fundacional que nomina la etnia.

  Es también la emergencia de la sexualidad como  una extraña pasión, sin representación en el cuerpo de quien  la padece, cuando ocurre la transformación animal. Esta emergencia pulsional  es equiparable en el sistema de creencias mbya, a  la "trasmigración” griega del alma.

Tal como testimonian los Opygua en el film, la sexualidad sin bendición simbólica –el nombre propio - deviene horror a la locura (tavú)-. Cuestión fundamental para sostener un sistema de creencias que incluye la consideración del mal en un territorio delimitado por la práctica de una lengua, la repetición del relato mítico y la recreación de sus rituales.  No hay ahí fijeza del lenguaje mítico sino giro  y reinvención de un nuevo arreglo, después de la inquietante intromisión de ese elemento real que es la sombra de un goce perdido.-

Documental La Sombra del Jaguar   guión y testimonios en: 

www.lasombradeljaguarmbya.blogspot.com


Notas:

(1)-Freud, Sigmund: Totem y Tabú. O.C.
(2)-Viveiros de Castro, E.: Metafisicas caníbales –lineas de antropología postestructural- Ed. Katz. 2010.
(3)-Prates, María Paula: De criancas a mulheres: o femenino e o ciclo de vida mbya- Ficha URGS-Brasil-
(4)- Cebolla Badie, M. Etnografía sobre la miel .Ed. Abya-Yala, Ecuador,2009.
(5)- Bartolomé, M.A.: Parientes de la selva –los Guaraníes Mbya de la Argentina-. UCA-Paraguay, 2009.-

-(*) Texto publicado en la revista Fri(x)iones -el psicoanalisis con la cultura-  Nº2 -Posadas, noviembre, 2012.-

La sombra del jaguar -documental-


*ver Guion original y Testimonios del film en : www.lasombradeljaguarmbya.blogspot.com

lunes, 7 de mayo de 2012

El fausto criollo: una política de la parodia.


                       Una parodia argentina leída con Lacan  (*)

                                                                                      Por Enrique Acuña



       Leímos en el Fausto  de Estanislao Del Campo una parodia de aquel otro de Goethe, como un efecto del lenguaje cuando se remeda un objeto ausente -lo que queda por decir en un discurso-. Es una literatura que se adelanta a lo que enseña el inconsciente: algo se escapa y  afecta, burlándose de quien se crea el amo del lenguaje.



El espectador equívoco

    Leónidas Lamborghini comentando este nuestro Fausto (criollo) introduce la figura de un “espectador equívoco”. La obra se escribe en 1865 en el contexto de una guerra trágica (del Paraguay)  y la transformación de Buenos Aires en una aldea global siguiendo una cultura mimética a Europa,  aunque con el gaucho en sus calles. El espectador  va al Teatro Colón a ver  la ópera Fausto (basada en el texto de Goethe) de Charles Gounod, que se estrenaba en Buenos Aires antes que en París. “Por esa época bastaba que algo fuera francés para que se tuviera por una maravilla”.



El espectador Del Campo es alguien que mira de lado;  un equívoco a lo planteado como tragedia. Ve lo trágico desde lo cómico desplazando el sentido. “Rasgo creativo central en la poesía gauchesca, desde su inicio con Hidalgo, que en el Fausto de Del Campo toma la forma de una parodia.”  Asi rescata el gusto de  los Diálogos patrióticos de Bartolomé Hidalgo, que son de la época de la colonia (1812) con  la risa del bufón, el loco, que dice la verdad reprimida. Este Fausto Criollo esta ahí  a caballo entre el Santos Vega de Hilario Ascasubi y el Martín Fierro de Hernandez: .

           

Con el cuento de la guerra / andan matreros los cobres / Vamos a morir de pobres / los paisanos de esta tierra. / Yo casi he ganao la sierra / de puro desesperao.../ Yo me encuentro tan cortao / que a veces se me hace cierto,/ que ando jediendo a muerto.../ Pues yo me hallo hasta empeñao. 



Parodia y tragedia siempre se tocan. Lo que va a analizar Lamborghini es en qué punto la tragedia se desarma, qué hizo Estanislao Del Campo para transformar un relato alemán clásico como el Fausto en una parodia argentina, en el contexto de una guerra y con la figura del gaucho, ante  la extranjerización del gusto.

Cito a Lamborghini: “La parodia establece una relación cómico-imitativa con el modelo al que caricaturiza en sus pretensiones de perfección”. “En la parodia, la semejanza del derivado con su modelo no tiene nada de reverencial; por el contrario, se lo toma en solfa para neutralizar su poder paralizante. El modelo sacralizado es sometido a la violenta distorsión de una risa que se le atreve: el modelo vacila, tambalea, su impostura de perfección queda al descubierto”.



Sigue: “Fausto se resiste a hacer el pacto por el que entrega su alma a Mefistófeles a cambio de los favores de Margarita.”

Pero en Del Campo no aparece tanto el amor por Margarita, aparece el desafío del gaucho al poder cultural que es el gobierno de turno. Lo que se negocia es el poder político, no es la mujer. Ahí la parodia está conduciendo a un fin político, que es cómo el gaucho, como nuevo héroe híbrido, es culturalmente antieuropeo.

“El cruce paródico de lo serio con lo cómico, de lo sublime con lo bufonesco: el Demonio representado como tentación del Poder que todo lo puede, alegando gastos de viaje como un pobre diablo.”-dice Lamborghini.

 ¿Del Campo también devorado por lo foráneo? ¿Fue, en este sentido, una suerte de espectador equívoco de la ópera del francés?



Entonces, la figura del espectador equívoco es correlativa al modo en que la parodia se instala como un saber de la verdad. La parodia es un saber sobre la verdad que lo trágico vehiculiza pero que también oculta. ¿que caiga el amo y viva la histeria? encanta la división del sujeto; pero eso es solo un punto de partida. Lo que verifica eso, el objeto;  es un complemento lógico,  lo sutura, es el remedio, no solo la causa. Por eso es interesante la idea del equívoco, encontrar algo que divide pero a la vez encontrar una salida, encontrar el buen chiste –desplazamiento novedoso- para salir.



La parodia del objeto

 En la Obertura de los Escritos, Lacan habla de el objeto a como lo que se escapa y se burla del significante. El mito individual del neurótico cuyo relato es la novela familiar esta habitada por héroes más o menos trágicos (excesos de infancia, trauma, sexualidad). 

Para Lacan, el objeto a es la demostración de un real fugado al discurso; producto del pasaje de la tragedia del mito –los ideales- a la parodia del discurso al final de la experiencia si llegara a ese término.  El discurso del analista es solidario a eso ya que permite que alguien se ubique en un lugar de objeto causa con respecto al sujeto divido. (a----$)



 El tono épico de la demanda inicial está teñida de los valores sociales. Es decir que la presentación trágica como caida de los ideales es ya una salida de la hybris griega, del orgullo y el desafío. Cualquier identidad consolidada implica la soldadura entre el yo y su ideal social.



“Este robo (o vuelo) de la carta (letra) se diría la parodia de nuestro discurso”. La letra está del lado del significante-  se diría la parodia de nuestro discurso: sea que se atenga uno a su etimología que indica un acompañamiento (...)”

La carta de presentación de alguien, su novela familiar, su síntoma; supone que  no se puede burlar de sí mismo, él no sabe cuál es esa causa. Un destino trágico y una carta x, una carta de presentación que es significante; pero no puede hablar de su objeto, sustraido del discurso.

“(...) la parodia de nuestro discurso: sea que se atenga uno a su etimología que indica un acompañamiento e implica la precedencia del trayecto parodiado”.



                                                                                      I (A)

                                                                                        S

               Parodia                                   Tragedia      (mito individual)





             objeto (a)                                             S1 – S2  (retórica)

 


                            

                 Resto (un estilo)   

            

Va decir aquí Lacan que la estructura del sujeto es la estructura del lenguaje en tanto el lenguaje parte de un vacío. Es una alusión implícita a “La eficacia de lo simbólico” donde Levi-Strauss argumenta que en el vacío aparece una representación imaginaria que se interpreta en otro sentido, surge lo simbólico, y queda algo que no es representable. El inconsciente es un vacío. Por ejemplo, estamos dormidos, estamos en un vacío, hay un sueño en el que aparece una representación; cuando alguien interrpreta el sueño hay un intento de lo simbólico de apresar esa imagen representada, pero como no puede ser representado todo, queda el ombligo del sueño.



Sigue Lacan: “Redoblamiento invertido del trayecto”. El trayecto está en el relato significante y la parodia remeda el trayecto del maestro del pensar –los S1- que es del yo ideal. “esa división en la que el sujeto se verifica  por atravesarlo un objeto..”.  Podríamos descifrar la ficción al infinito, pero algo la detiene.   Ese resto (a) verifica la división del sujeto y detiene su deslizamiento.                                                      



La parodia del objeto remeda el trayecto de lo parodiado (el significante amo) y en su bucle crea algo nuevo, sino es una mímesis aristotelica. Recuerden el acto fundacional donde Masotta –citado por Germán Garcia- explicita su deseo: “parodiamos un Escuela, algo que era nuestro y original a la vez”. Sin imitación sino invención transformadora en la medida que hay un repetición del original totalmente nueva.



Si surge una originalidad nueva, esta produce un elemento que no está en el valor de la época. La retórica es lo que vale para la época, y el objeto a es un estilo nuevo hecho del resto de lo enunciado. Es el objeto que respondió a la pregunta por el estilo y es caída con respecto al Ideal de “el gran hombre” (Buffon).

“(...) causa del deseo en donde el sujeto se eclipsa y como sustentando al sujeto entre verdad y saber.” Esto ya es lo que viene en el año siguiente en Lacan. En los cuatro discursos el saber no se reabsorbe en una verdad, que queda como algo imposible de decir.

                                 a            S

                                

                  verdad   S2          S1

Si el analista está como agente en el lugar del objeto, parodiando al que está dividido por sus ideales, produce los maestros del pensar que tiene este tipo, los yoes culturales, históricos, de su tradición familiar. Se producen significantes amo que dejan de tener valor. Y queda un saber en el lugar de la verdad.  



Enseñar psicoanálisis no es un hecho de información, sino de trasmitir algo de esa división fecunda. Un saber por las vias de la transferencia de trabajo más allá de un valor de mercado porque ese  saber eclipsa la división del sujeto entre saber y verdad. Es un saber  imposible de conocer, pero actúa mas allá de la pregnancia narcisística de la información en la época de su planetarización.-



Cito: “Del itinerario del que estos escritos son jalones y del estilo determinado por aquellos a los que se dirigieron, quisieramos llevar al lector a una consecuencia en la que le sea preciso poner de su parte”.  A Lacan o no le importa que no se entiendan sus escritos, lo que le interesa es que el que está leyendo va poner su deseo o no de saber. Parecería que a Lacan le interesa menos ser leído como maestro del pensar que ser interpretado como enigma a decifrar. Remeda así (parodiar para no odiar) la estructura del objeto que nos interesa porque se burla aún del buen entendedor.-



 (*) -Escrito posterior al Curso anual “Lo tragicomico”, clase del 21 de diciembre 2011.-



Notas:

-Lamborghini, Leónidas: Risa y tragedia en los poetas gauchescos. Ed Emece, Buenos Aires, 2008

- Del Campo, Estanislao: Fausto –Impresiones del gaucho Anastasio del Pollo en la representación de esta ópera. . Sainte Claire Editora, Bs.As. 1978.

-Lacan, Jacques: Oberturade esta recopilación. (1966)-Escritos 1- Siglo XXI, 2008