martes, 12 de mayo de 2009

POLITICAS DEL LIBRO





Barco encallado (rio Capitan y Paraná,Tigre, Bs.As.)








EL ESTADO SIN OBLIGACIONES


por Alejandro Maciel

En 1985 (hace 25 años) trabajamos con Jorge Sánchez Aguilar y la gente del Ateneo Cultural en un anteproyecto de ley para la creación de un fondo editor de la Provincia de Corrientes, buscando promover la publicación de obras de escritores/as, historiadores, investigadoras, poetas, dramaturgos a través de un mecanismo de selección que asegurara un mínimo de calidad en los trabajos a ser publicados.


No redundaré en otras consideraciones porque toda persona que sabe leer y escribir conoce el valor de un libro. Únicamente los analfabetos o funcionarios del gobierno parecen ignorar la importancia del libro como vehículo privilegiado de la educación y la cultura, que ahora dejamos en mano de la TV y así nos va…



Después de idas y venidas, correcciones y viajes por varias oficinas, el entonces ministro Carlos Tomasella envió el proyecto a Diputados que lo aprobó, pasó a Senadores donde también se aprobó y finalmente la Ley Nº 4934 fue promulgada y publicada en el archifamoso Boletín Oficial. Fue lo único que se publicó. En un acto solemne (la seriedad y la solemnidad, ya lo veremos, no son la misma cosa) se presentó esta providencia del gobiernol Estadoveremos, no esas m olvidado sus premisas pol que asumía la tarea de fertilizar la educación que es, junto a la provisión de justicia y el cuidado básico de la salud una de las tres obligaciones del Estado según lo pregona el liberalismo. Pero los liberales de Tomasella parecen haber olvidado sus premisas políticas, o las han canjeado por las más cómodas de la demagogia baratera.



Cualquiera puede leer el texto de la Ley Nº 4934 de la creación del Fondo Editorial de la Provincia de Corrientes poniendo en el buscador Google “escritores correntinos”. Pero, le advierto, es lo único que podrá leer porque los libros que debía publicar el Fondo Editorial de la Provincia de Corrientes, no existen.



Es momento de volver a preguntar: ¿Qué pasó con la Ley Nº 4934? ¿Debo creer que el Estado me coacciona cumplir todas mis obligaciones contractuales pero él se considera libre de culpa y cargo? ¿Por qué los sucesivos/as administradores de cultura jamás volvieron a reflotar un tema que es mucho más importante que el festival del loro, la fiesta de la batata o las borracherías que con distintos calendarios hacen al año cultural correntino?





Alejandro Maciel, Buenos Aires, 2009

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