miércoles, 30 de abril de 2008

Nuevo libro y presentación de PALABRAS en la feria del Libro

Culpa de los muertos
La novela de Alejandro Maciel "CULPA DE LOS MUERTOS"

salió editada por Insula de los Libros, de Barcelona.
www.insulalibros.com

La novela está ambientada en la violenta década infame de los '70-'80 de la Dictadura militar en Argentina. Tiempo de desapariciones, represión del poder político, persecusión y exterminio de toda ideología. En la ciudad de Corrientes el rector de la Catedral se suicida de un tiro en la sien. Seis estudiantes de medicina son perseguidos por la policía, cinco "desaparecen" para siempre y sobrevive uno, que cuenta la historia de las capillas ardientes, la culpa de sobrevivir, las historias que inventa en el insomnio acunando a una sobrina.


En toda la pesadilla ronda la muerte de una hermanastra en estado vegetativo que sobrevive a sí misma, a la violencia, a la indiferencia de tiempos de miserias políticas y de aturdimiento moral.

Cuando te pregunten ¿quién es el responsable de toda esta matanza?, diles muy calmo pero muy firme: "culpa de los muertos". Ellos en su paz ya no se pueden defender y a ti te dejarán en paz con ellos. Ese es el catecismo del cementerio, hijo. No hay más preguntas. Corrientes, Argentina de los fines de los 70. Un grupo de estudiantes de medicina buscan las respuestas que los cadáveres en disección no pueden darles en los libros de Proudhon, Marx, Hegel. Las sirenas de los patrulleros gimen a medianoche.


Un cura se suicida en la Catedral. Uno a uno van desapareciendo los estudiantes, capturados por la fuerza pública. Sobrevive Alex que desde el recuerdo de la pesadilla está narrando la historia de aquellos tiempos de sangre a un muchacho, hijo de diplomáticos que vino a la Argentina después del desastre. En el recuerdo se mezcla la historia de una fauna política que está detrás de los laberintos del poder, (una fábula que Alex cuenta cada noche a su sobrinita) que tiene algo de absurdo, de ironía, de burla a nosotros mismos. Un nonsense que tiene todo el sentido que tiene la vida.

Alejandro Maciel nació en Corrientes, es médico psiquiatra y vivió una década en Paraguay donde escribió esta novela. Ha editado "La salvación después de Noé", Bs. As, 1990; "Los conjurados del Quilombo del Gran Chaco"À, Edit. Alfaguara, 2001; "El trueno entre las páginas", Edit. Intercontinental, 2002; "Polisapo"À (cuento), Edit. Servilibro, 2002; "Polisapo en el camino" (teatro), Servilibro 2003; "Polisapito" (historieta sobre el cuento) Servilibro 2004; "Prostibularias-1"À (cuentos), Servilibro, 2004; "La Bruja de oro" (novela), Servilibro 2004; "La Gallina y el Dragón", (novela) Servilibro 2005; "20 poemas de humor y una canción disparatada"À, (poesías) Servilibro 2005; "Diários de um Rei Exiliado" (novela publicada en traducción al portugués) Edit. Landmark, Sao Paulo, 2005. También dirige la revista-libro "Palabras Escritas", (un diálogo entre Brasil e Hispanoamérica), Edit. Servilibro, semestral, 250 páginas cada número. Actualmente reside en Buenos Aires. Membre du CRIMIC à titre principal (composante SAL), Universidad París IV, Sorbona.-



Revista

PALABRAS ESCRITAS

EN LA FERIA DEL LIBRO


"Palabras" que se presentará en la Feria del libro el sabado que viene 3 de mayo a las 17 horas en el salón del stand de Brasil.


-Comite Editorial:


Alejandro Bovino

Amanda Pedrozo

Luis Hernáez

Pilar Romano

Norma Segades

Angelica Petit


Editora; Vidalia Sanchez

ver tapa y contenidos en:

http://palabras2008.blogspot.com/

domingo, 27 de abril de 2008

Reportaje a Juan Gelman


L a oveja negrapace
en el campo negrosobre
la nieve negrabajo
la noche negrajunto
a la ciudad negradonde
lloro vestido de rojo”.

Marcelo
Juan Gelman recibió el premio Cervantes en una España que se apresta a conmemorar el bicentenario de la guerra de la independencia, que es uno de los capítulos menos conocidos de la historia argentina.


Así lo exponen dos muestras descomunales de sus genios, Goya y Picasso, cuya afinidad con la obra de Gelman es sobrecogedora. Ese es el contexto del diálogo sobre la poesía y el periodismo, sobre el amor y la guerra, que se transcribe aquí.

Por Horacio Verbitsky
Desde Madrid



El azar hizo que la entrega del premio Cervantes a Juan Gelman coincidiera con dos muestras descomunales de los genios del arte español de los últimos dos siglos, Goya y Picasso. La afinidad de su visión del mundo con la del poeta argentino es sobrecogedora: ahí están las heridas incurables de la guerra, que marcaron para siempre a los tres, pero también las minucias de la vida cotidiana y, en Picasso y Gelman, las delicias y la exuberancia gozosa del amor, que a Goya le fueron negadas. El diálogo comienza con un poema en el que Juan decía que por escribirlo no tomaría el poder, no haría la revolución, no le darían ropa ni tabaco ni vino.
–¿Y qué pasó?
–No hice la Revolución.
–Pero has invitado a comer a muchos amigos con el premio que te otorgó el rey de España.
–El rey no. El gobierno español. El premio de literatura en lengua castellana Miguel de Cervantes lo otorga el gobierno español, auspiciado por la monarquía.
–¿Sos consciente de cuántas cosas contribuiste a cambiar con tu escritura, en la Argentina y en otros lugares?
–Contámelo vos.
–Por un lado me impresiona tu influencia en los poetas jóvenes, tal vez inconsciente pero que se percibe hasta en cómo entonan cuando leen.
–Hay algunos a los que les gusta imitarme, tal vez en broma.
–Pero otros, sobre todo muy jóvenes, no lo hacen ni en broma ni a propósito.
–No sé si es bueno para ellos. Es como decía Basho, el poeta japonés del 1600: no hay que imitar a los antiguos, hay que buscar lo mismo que ellos buscaban. Y todos buscamos la poesía.
–Pero además, tu trabajo como periodista, la investigación que hiciste en busca de tu nieta, limpió la cúpula militar argentina, cuando identificaste a uno de los cinco generales más poderosos en actividad como partícipe mediato; desenmascaró a varios presidentes uruguayos complacientes con la dictadura y permitió alguna medida de renovación política en ese país.

–La investigación propiamente dicha la dirigió Mara, con mi ayuda (Mara es el desmesurado torbellino de mujer con que Gelman vive desde hace dos décadas, hija del poeta Juan Carlos La Madrid). Todas las noches después del trabajo analizábamos el peso de los indicios, de todo lo que pudiese ser falso. Contamos con la ayuda de sobrevivientes uruguayos. Mara leyó miles de documentos, libros. Yo tenía una dificultad: también leía pero se me olvidaba. Creo que es una limitación del familiar próximo. Mara lo hizo como ciudadana, además del cariño que me tiene. Lo que resultó muy importante para encontrar a mi nieta fue la campaña periodística, con ayuda de mucha gente. Se reunieron más de cien mil firmas de más de cuarenta países, de escritores, artistas, pintores, gente de a pie. A eso contribuyeron cartas como las de Saramago, Chico Buarque y muchos otros. La carta de Günther Grass provocó una respuesta de(l ex presidente uruguago Julio) Sanguinetti que le costó el doctorado honoris causa que estaba buscando de una universidad alemana. Esto permitió que se cumpliera lo que siempre esperamos: que un vecino, una vecina, que presenció la llegada de un bebé a una casa donde no había hijos, lo asociara con lo que se publicaba. Esto provocó un gran sacudón en el Uruguay.


–Esta campaña militante reprodujo la que organizaste para denunciar a la dictadura argentina.
–Es cierto. La primera declaración contra la dictadura la firmaron Willy Brandt, François Mitterrand, varios jefes laboristas de Gran Bretaña, los primer ministros de Portugal, Mário Soares; de Suecia, Olof Palme; de Dinamarca, Anker Jorgensen...
–También firmaron muchos intelectuales y artistas, y ahí aparece otra faceta tuya, porque quien pedía esa adhesión además de ser un militante era un poeta conocido y querido.
–Creo que sí. Con el primer ministro austríaco Bruno Kreisky ocurrió una historia muy curiosa. El encargado de relaciones exteriores de los socialdemócratas me citó en la sede del partido, del que Kreisky era secretario general. Kreisky leyó la declaración y me dijo que no podía firmarla, porque dada su investidura infringiría principios internacionales. Le dije que no le pedía la firma como primer ministro sino como líder del partido. El se rió y dijo, “pero señor Gelman, por favor”. Le dije, está bien señor primer ministro, sólo le quiero recordar lo que pasó con León Blum y la guerra civil española. Me levanté, me llevé el impermeable que había colgado en una percha y con una bronca bárbara llamé al ascensor. Detrás mío salió corriendo el responsable de relaciones exteriores del partido y me dijo: Kreisky va a firmar.
–Blum era el primer ministro del Frente Popular en Francia cuando comenzó la guerra en España.
–Declaró la neutralidad. La República, que hubiera podido recibir mucha ayuda de Francia y vía Francia, quedó aislada en la Península. Esa era una memoria que Kreisky seguramente tenía, porque era un hombre ya de edad. Pude sumar a la campaña por mi nieta a todos los contactos que hice en razón de la denuncia contra la dictadura. Y ocurrió lo que deseábamos. Una vecina consiguió mi teléfono, me llamó y me dijo: al lado mío, pasó esto. Cotejamos las fechas y los demás elementos y coincidían. La única pieza que faltaba era el ADN. Fuimos al Uruguay en forma discreta y cubrimos el encuentro con mi nieta con un homenaje que me hacían.
–¿Cómo llegaste a encontrarte con Macarena?
–A través de un intermediario, que fue el obispo Pablo Galimberti. Era obispo de San José, donde el hombre que funcionó como padre de Maca fue jefe de policía. Este hombre murió cuatro días después de la publicación de mi primera carta abierta a Sanguinetti, con quien tenía amistad personal. Quien lo confesó fue el obispo Galimberti. Le mandé una carta de seis páginas resumiendo la investigación y pidiéndole que intermediara con la señora que crió a Macarena. Así lo hizo, sin preguntarme nada, como si conociera la historia.
–Como confesor del comisario.
–Todo esto lo imagino. No es que me conste. Quince días después, como un gesto de amor, la señora le contó todo a mi nieta. Ella la sigue llamando mamá, cosa que entendemos perfectamente. Macarena quiso ver a Galimberti y a través de él tener un puente con nosotros. Fue muy valiente mi nieta. Cuando fuimos a Montevideo para verla, (el presidente Jorge) Batlle quiso convertir eso en un hecho político y armó la barahúnda que armó.
–Y se ligó las cartas que se ligó. Voy a cometer una infidencia, si te molesta la omito: fue muy hermoso verte junto con Mara, la hija de ella y los cuatro nietos de ambos, mezclados como en una familia amorosa. Después de todo lo que sufrieron es conmovedor verlos tan aptos para gozar de la vida. Con tanto humor y amor y alegría.
–Ponelo. Esa no es una infidencia, apenas si es cierto.
–Escribís periodismo y poesía en forma distinta. Sos minucioso y obsesivo en tus artículos, o cuando editabas el diario Noticias o los suplementos culturales de La Opinión y de Página/12. En cambio la poesía llega cuando menos lo esperás y es un torrente. Cuando viene tenés que ponerte a escribir, de un tirón, porque si no te poemás encima.
–Efectivamente, te poemás encima. Eso sí que está bueno. Ja, ja.
–¿Escribís poesía a mano o a máquina?
–A máquina. A eso me acostumbró el periodismo. Me costó mucho pasar del lápiz a la tinta. Trabajaba en una casa de venta de repuestos de automóviles donde hacía facturas a máquina. Un día me asaltó la Señora, así que fingiendo que hacía una factura escribí un poema. Ahí se me fue el miedo a la máquina de escribir. En la revista Panorama, cuando trabajaba con Paco Urondo, con el Moro Edgardo Da Mommio, con Pablo Piacentini me pasaba lo mismo. De repente, en medio del trabajo de la redacción tenía que fingir que estaba escribiendo un artículo. En esa redacción escribí la mayoría de los poemas de Sidney West. Con ese libro me pasó una cosa muy graciosa. En la revista Confirmado trabajaba Luis Alberto Murray, que siempre sabía todo sobre todo. Cuando aparecieron Traducciones. Los poemas de Sidney West, me dijo que la traducción era impecable.
–Aclaración imprescindible para lectores que no saben todo de todo: Sidney West es el nombre imaginario que eligió Gelman para firmar esos poemas.
–Y ahora se cierra el círculo: se va a publicar en Gran Bretaña, traducido al inglés. Para los actos paralelos al premio Cervantes, Menchi Sábat hizo un dibujo de Sidney West joven, atribuido a Frank Howard Lindsay, con una leyenda extraordinaria: “Esta imagen de Sidney West ha generado discusiones entre estudiosos, que la consideran falsa, y críticos de arte, cuyos juicios oscilan entre la mediocridad y el rechazo. Conservado en una vitrina del Museo de Peterbourough (New Hampsire), el dibujo fue reconocido por un nieto de Frank Howard Lindsay, que perdió sus manos en un accidente hípico”.
–¿Escribiste algún libro en los meses de Noticias?
–Poemas sí, un libro creo que no. Sólo algunas de esas cosas se publicaron. En ese momento la cabeza y el corazón estaban puestos en otra cosa. Trabajábamos con una pistola en el cajón del escritorio. Los fondos del diario se tocaban con el museo del traje, donde habían nombrado directora a la mujer de Lorenzo Miguel. Enfrente teníamos un local de la Juventud Sindical. Estábamos lujosamente rodeados. Cuando pusieron la bomba en el diario los inspectores policiales miraron los escombros y dijeron que había sido una obra de arte.
–Hacían un doble juego. Si nos limitábamos a nuestro trabajo periodístico y no tomábamos ninguna previsión, venía la Triple A y nos volaba el edificio o nos tiroteaban los autos que iban con el material a la imprenta. Si tomábamos recaudos defensivos, caía la policía y nos procesaban por portación de armas. Nuestros problemas periodísticos eran distintos a los de hoy.
–Ese diario fue una hazaña. Había que cerrar un matutino a las ocho de la noche. Componíamos en una imprenta e imprimíamos en otras dos, porque el tiraje crecía y no bastaba con una sola porque se perdían los recorridos. Se convirtió en un diario popular.
–Ese fue un mérito tuyo.
–Mío no, por favor. De muchos.
–Pero el jefe de redacción eras vos.
–Vos sabés que lo dirigía un grupo: Paco (Urondo), Rodolfo (Walsh), vos y yo. No era unipersonal la organización del diario.
–Pero vos aportaste mucho a ese toque popular. Me acuerdo cuando pusiste como segundo título que habíamos acertado seis de las ocho carreras de Palermo.
–Eramos todos.
–Cuando nos citamos en París luego de la dictadura...
–... en aquella estación de subte...
–... a la que llegaste con un impermeable de novela negra, me impresionó verte tan joven y vital después de todo lo que pasaste. Pero me preguntaba entonces y te lo pregunto ahora cómo sería el regreso a ese país donde desaparecieron a Marcelo y a todas nuestras ilusiones y proyectos. Volviste a la Argentina en 1988.
–Me pasaron cosas muy buenas, como el reencuentro con amigos-hermanos. Y otras no tan buenas. Entré a comer un sandwich en un bar al paso de la calle Lavalle, de esos con taburetes en la barra. Delante mío había un tipo con todo el aspecto de un cana o un milico, el corte de pelo, la cara, la forma de vestir. Me asaltó un pensamiento que no podía evitar. ¿No habrá tenido que ver con la muerte de Marcelo? Por supuesto no tenía ningún elemento para afirmarlo pero la pregunta estaba ahí. No hice peregrinaciones para recordar nada pero pasaba por lugares y decía, aquí me vi con Rodolfo la última vez, aquí estaba con Marcelo y (mi hija) Nora, y comimos en un restaurante y Marcelo escribió un poema en el mantel de estraza.
–¿El de la oveja negra?
–Sí.
–¿Es el único poema que tenés de Marcelo?
–No. En un libro que acaba de editar la otra sociedad de escritores, no la SADE, hay más de cien poetas desaparecidos, entre ellos Marcelo. Algunos fueron traducidos al francés.
–¿Cómo los tenés?
–Cuando volví a la Argentina mi ex me dio una copia. Hay poemas acojonantes, parecen auto profecías. Auto profecías cumplidas.
–¿Te referís al que escribió en el mantel del restaurante?
–Sí. Decía
“la oveja negrapace en el campo negrosobre la nieve negrabajo la noche negrajunto a la ciudad negradonde lloro vestido de rojo”.
–¿De qué época son?
–Cuando me separé de la madre de Marcelo y Nora, yo vivía solo en un departamento en la calle Jean Jaurès. Ellos venían los fines de semana. En ese momento él ya escribía.
–¿Qué edad tenía?
–Quince o dieciséis. Hacíamos ediciones caseras de lo que escribía a máquina. Lo encuadernábamos. Además yo les grababa los sueños. Me contaban qué habían soñado y yo los grababa, como decían los surrealistas, que los hijos les cuenten los sueños a los padres.
–¿Conservás esos sueños grabados?
–Desgraciadamente no. Pero me los acuerdo muy bien. Marcelo siempre tuvo una gran inclinación por la lectura. A sus doce años y once de la nena nos fuimos a pasar vacaciones en Córdoba. Tengo las fotos, con ellos a caballo. Fue muy poco después de la muerte del Che. Marcelo decía que el Che se equivocó y que no consiguió el apoyo de los campesinos bolivianos. Yo se lo discutía. Pero con el tiempo se vio que no era tan errónea su teoría. Su interés político fue muy temprano.
–Cuando decidiste trasterrarte a México los amigos lo sentimos mucho, pero me pareció muy lógico. Se que te fuiste para seguir a Mara, que fue una decisión por amor...
–... en el ínterin me morí cuatro veces (el número de paros cardíacos que el poeta sufrió en 1989)... Con los años creo que hice muy bien. Había gente muy enojada conmigo porque me fui, y algunos siguen enojados. Otros en cambio me ayudaron mucho, apoyando esa decisión. Vos sabés quiénes son.
–Mi impresión es que no pudiste soportar el encuentro con un país que había cambiado tanto. Hoy podés decir “País que fue será” (el título de uno de sus últimos libros). Pero hace veinte años veías un país que fue y ya no era y tal vez con el temor de que nunca volviera a ser. Habías idealizado tu regreso. Ése sería el momento de la verdad y de la justicia, ibas a descubrir quiénes mataron a Marcelo. Y te encontraste con una realidad muy gris. Sin embargo, a lo largo de muchos años lograste desde México una incidencia en la vida argentina tanto o más grande de lo que idealizabas cuando estabas en París. Sólo alguien capaz de generar una realidad a partir de sí mismo puede conseguirlo, alguien muy grande.
–Mirá si soy grande que me falta poquito para cumplir 78.
–¿Cómo has vivido a la distancia los distintos momentos recientes del país?
–Algunos testimonios han quedado en las columnas que escribo. Lo de Menem fue terrible, la venta del país, además de la impunidad de los indultos; el desastre de De la Rúa; la recuperación que comenzó con Néstor Kirchner. Lo viví de lejos pero de cerca. Todos los días sigo la prensa argentina y me interesa profundamente todo lo que ocurre. La distancia me permitió reflexionar sobre el pasado anterior al exilio. Siempre he creído que lo peor del exilio, aparte de las desgracias personales, fue la derrota. Porque aparte de los 30 mil también desapareció un proyecto, que no ha vuelto a aparecer. Y tal vez tarde décadas en aparecer algo que se le parezca.
–Ese fue uno de los temas de nuestra correspondencia.
–Vos me decías que nuestro mejor destino era ser Neanderthales.
–Fósiles para que haya combustible en algún lejano futuro.
–Lo de los fósiles está muy bien, porque nunca cambian.
–Veinte años no es nada, y cuarenta...
–... es el doble de nada...
–... cuando hay gente que sigue siendo la que era.
–Como fósil no podes envejecer más. Ya te quedás en ese estado.
–Pero al mismo tiempo siento que cambiás mucho, que sos un fósil muy plástico. En tu poesía y también en tu prosa, en tu visión política se ve una evolución permanente. Fuiste muy dogmático y ya no lo sos. ¿Cómo ves el panorama latinoamericano actual?
–Hay cambios de signo progresista en distintos países. Pero me pregunto en qué va a terminar todo eso, porque hay cosas muy contradictorias, como en Uruguay o en Chile, con el ALCA. Hay cuestiones que no están claras. El Frente manifestó públicamente un programa que no se cumple. Una cosa que nos pasó a nosotros es que subestimamos al enemigo.-



viernes, 25 de abril de 2008

De Lautreamont a Pizarnik




¿Un programa cultural para muchos podría "inducir" a un estilo de vida para alguien?




¿Cómo se vivio una epoca- surrealista- en una Argentina que amaba el psicoanalisis¿?




¿Qué queda del espacio autobiografico , la distancia entre el autor y su obra cuando la poesia se realiza en el cuerpo ?




¿Qué es la melancolia desde que deja ser una moda y se transforma en un acto mortífero para cada quien diferente?




¿Quíen era Alejandra Pizarnik leyendo al conde de Lautreamont mientras se analizaba con Pichón Riviere?




véae el texto


CONFIGURACIONES POETICAS PARA UNA MELANCOLIA de Enrique Acuña


en web de la Fundación Descartes:



"La poesía es la posibilidad de decir lo imposible" R. Piglia



La Feria del Libro tuvo un estreno de lujo. Con una encendida defensa de la poesía, el escritor Ricardo Piglia inauguró una nueva edición del tradicional evento, cuyo lema este año es "El espacio del lector" y contará con 1.582 expositores en el predio de La Rural.


Ante una sala José Hernández desbordada de público, Piglia defendió a la poesía al afirmar que frente a los tiempos acelerados que vive hoy la sociedad, "es uno de los pocos espacios donde se puede establecer una temporalidad propia". "Solamente la poesía ha logrado establecer ritmos lentísimos y también rápidos, tiene una relación con la velocidad que es única: la poesía está en el límite", dijo. Piglia, además, resaltó la figura de Juan Gelman, recientemente galardonado con el premio Cervantes. "Debemos ver el galardón como un reconocimiento a la literatura argentina.


El, junto a Leónidas Lamborghini, han sabido expresar algunas de las tragedias y alegrías de este país como nadie", aseguró. El autor de "Respiración artificial" y "Plata Quemada" recordó que "para Theodor Adorno, después de Auschwitz es imposible escribir poseía, pero no es ése el caso de la experiencia rusa y la argentina, que a pesar de haber vivido sus pequeños Auschwitz, continuaron escribiendo poesía". Esa tradición, continuó Piglia, "viene del 'Martín Fierro' de José Hernández, esta posibilidad de decir lo imposible". Y leyó un párrafo de la obra gauchesca: "Es un telar de desdichas cada gaucho que usted ve". "Ese tipo de emoción, ese pequeño movimiento del lenguaje, es lo que la poesía nos ha enseñado.


El poeta no habla de su propia pena y si lo hace es para hablar del penar, como decía Gelman". El acto de apertura contó con la participación del vicepresidente de la Nación, Julio Cobos; el secretario de Cultura de la Nación, José Nun; el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri; el ministro de Educación Juan Carlos Tedesco y numerosos funcionarios, escritores y personalidades del mundo de la cultura.


La ceremonia había comenzado con las palabras de Horacio García, presidente de la Fundación El Libro -organizadora de la feria-, quien se refirió puntualmente a dos reclamos: el insumo del papel, "que ha aumentado un 430% desde el año 2002 en pesos y un 50% en dólares" y la suba en los alquileres de las librerías. Este mega-encuentro cultural, que cada año convoca a un millón de personas, tendrá como principales invitados a la escritora española Almudena Grandes, al norteamericano Tom Wolfe, a la canadiense Naomi Klein, a la filósofa francesa Bárbara Bassin, y al mexicano Juan Villoro.


También estarán el juez español Baltasar Garzón, el escritor y catedrático italiano Paolo Fabbri, la escritora brasileña Nélida Piñón y su par búlgaro Ilija Trojanov, así como los españoles Juan José Millas y Eduardo Mendicutti.-
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3º Festival Internacional de Poesía
que se realizará en el marco de la 34ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

PROGRAMA

Martes 6 de mayo: 20:30 Inauguración: Luis García Montero (España), Jacobo Rauskin (Paraguay). Presenta: Graciela Aráoz

Miércoles 7 de mayo;
17:30 Recital de Poesía: Ana Marques Gastão (Portugal), Graciela Di Bussolo, Mónica Tracey, Delia Pasini. Coordina: Florencia Abadi 19:15 Diálogo entre María Meleck Vivanco y Daniel Chirom 20:30 Recital de Poesía: Adnan Özer (Turquía), Osvaldo Picardo, Alejandro Archain, Patricia Rodón. Coordina: Poly Balestrini

Jueves 8 de mayo:
18:30 Recital de Poesía: Cecilia Romana, Alejandro Carrizo, Emilio Coco (Italia), Alejo González Prandi, Reynaldo Lacámara (Chile). Coordina: Alejandro Margulis 20:30 Recital de Poesía: Enrique Butti, Jean Marc Desgent (Canadá), Raúl Mansilla, Sebastián Riestra. Coordina: Laura López

Viernes 9 de mayo:
18:30 Recital de Poesía: Julio Bepré, Mario Caparra, Arturo Carrera, Liudmila Quincoses Clavelo (Cuba). Coordina: Cynthia Sabat 20:30 Recital de Poesía: Juan García Gayo, Rosa Machado, María del Carmen Marengo, Miguel Márquez (Venezuela), José Javier Villareal (México) Coordina: Juan Pablo Bertazza 22:15 Cierre del Festival: Hugo Padeletti. Presenta: Graciela Aráoz

domingo, 20 de abril de 2008

El teatro Vera y su herencia


por Norberto Lischinsky


Una inveterada tradición argentina nos induce a desvalorizar la complejidad de la tarea desarrollada por nuestros prójimos y, por ende, su valía. ¿Crochet? Facilísimo. Ese negocio se maneja de taquito. Tiene éxito como músico, pero lo ayudó la suerte. Eso lo hace cualquiera, no es ningún mérito.


Hemos logrado instalar el menosprecio y el ninguneo en lugar de adoptar la emulación como estrategia de crecimiento individual y colectivo. Buscamos explicaciones mágicas, conspirativas o meramente absurdas en vez de desentrañar las claves del éxito y la calidad para orientar nuestra propia búsqueda..> No existen misiones fáciles ni éxito fortuito.


Voy a utilizar un ejemplo caro al sentir de los correntinos y de lamentable actualidad. Conducir un complejo teatral es un cometido particularmente dificultoso. Implica, por analogía, algo similar a la conducción orquestal. Se debe lograr la conjunción armónica de muy diferentes componentes, alinear voluntades e intereses, interpretar exigencias de terceros que no siempre son explicitadas claramente.


Programación, producción, puesta en escena, mantenimiento, comunicación, publicidad, son algunos pocos de los múltiples ítems abordados por quien tiene a su cargo la tarea de conducir un espacio escénico. Como decimos en el barrio, no es chico pleito.> José Ramírez timonea desde hace treinta y un años la nave almirante de las artes escénicas de nuestra provincia y la región: el Teatro Oficial Juan de Vera. Ha sobrellevado los más diferentes criterios (o ausencias de criterio) administrativos y conducciones, vivido etapas de esplendor y decadencia, manejado presupuestos importantes y padecido la ausencia absoluta de recursos.

Ha sabido formar equipos de trabajo capaces y profesionales que triunfaron en diferentes ámbitos, dentro y fuera de la provincia. Siempre apuntó a la programación de mayor jerarquía, aunque tantas veces las carencias económicas hayan limitado su ambición, que es la de ofrecer al público lo mejor.> Pero, por otra parte, basta con observar los resultados tangibles.


El Teatro Vera luce espléndido e impecable. Todos los ámbitos del espectáculo han desaparecido de la ciudad y el Vera permanece incólume. Si no colegimos que alguna relación guarda su conducción con estos asertos, seguramente estaremos forzando viciosamente el análisis…>


Si te he visto…> Por escrito y a través de un funcionario administrativo, se lo ha intimado a José Ramírez “a acogerse a los beneficios de la jubilación”. Sin anestesia. Haciendo gala de la excepcional delicadeza y fina sensibilidad que evidentemente son un sello de la gestión, se da por concluido el periodo de dirección más prolongado y coherente en la historia del teatro. Acá no hacen falta sutilezas ni campañas de prensa puesto que no se trata de ablandar algún legislador renuente ni se apunta a convencer a la esquiva opinión pública: se está hablando apenas de la Cultura y de un funcionario que ha dado su vida por ella. O sea, poca cosa.> En años de trabajo conjunto, he discrepado casi a diario con José Ramírez. No compartimos una visión ideológica, conceptos estéticos ni una filosofía de la gestión cultural.



Provenimos de ámbitos y formaciones disímiles. Nada de ello obstó para que desarrolláramos una convivencia equilibrada ni para que se mantuviera un consistente respeto por su trayectoria. Se destrabaron algunos intríngulis previsionales originados en su larga carrera al servicio del Estado y el Arquitecto Ramírez ejerció en plenitud la dirección del teatro en uno de sus períodos de gloria: la restauración integral realizada en el año 2005. >


Rara avis en un ámbito en el cual el servicio público no suele reclutar sus cuadros entre la intelectualidad, los claustros ni la creación, Ramírez es un artista de variada formación, con estudios de Arquitectura y Bellas Artes pero también con una larga carrera en la danza y el teatro. Su nombre está nimbado de prestigio y admiración entre sus interlocutores de tantos años: los artistas de la región, las compañías nacionales, los productores que presentan sus obras en el Vera, los profesionales que sostienen relación con la institución. Condujo a nuestro teatro con energía, dedicación y una obsesiva honestidad. Dedicó meses de trabajo y salud a la obra que corona la cúpula de la sala, pero donó íntegramente sus honorarios porque consideraba incompatible percibirlos mientras ejercía la dirección del coliseo.>
Lamentable distracción> Seguramente las autoridades estaban distraídas y no prestaron atención al hecho de que a un funcionario de esa jerarquía y merecimientos le corresponde algo más que una fría nota de intimación. En una administración sensible y humana, el marco de alejamiento de una figura como José Ramírez se transforma necesariamente en un homenaje a sus quilates y trayectoria. Ese galardón es también una señal para todos aquellos que, como él, han asumido el servicio público con devoción.>


Se presenta también una cuestión mayor en un puesto de esa exposición y compromiso comunitario: la sucesión del Arquitecto Ramírez, sin lugar a dudas una elección compleja y delicada. Las propias virtudes y capacidades de Ramírez indican una lista de requerimientos difícilmente alcanzable.>

De hecho, el mayor temor de los devotos y habitués del teatro es el aterrizaje de algunas de las opacas figuras que pululan en los despachos oficiales. Ya provocó estremecimientos el rumor que se programaba la designación de un melifluo decorador de interiores, dueño de una sólida trayectoria de adulador y poncho yeré. Pero seguramente primará el sentido común y de la sabiduría de los responsables del área surgirá el nombre de otro José Ramírez, dotado de análoga jerarquía intelectual y humana.>

Entretanto, el Arquitecto Ramírez continuará recibiendo a diario un homenaje sin par: el reconocido agradecimiento de sus conciudadanos a una gestión excepcional.>


> Norberto Lischinsky>


Publicado el 15-4-2008 en 'Epoca' de Corrientes>

sábado, 19 de abril de 2008

CORTINAS DE HUMO AL CONFLICTO DEL CAMPO


SOCIEDAD DIVIDIDA , AUSENCIA DE COMUNIDAD


¿Será que los productores de soja con sus ojeras y anteojeras enviaron como atentado la quema de pastizales haciendo que el campo piquetee a la ciudad misma de Buenos Aires que se ahoga en monóxido de carbono?


¿Será que este gobierno envio tropas a las islas para hacer el humo y culpar despues al campo y al nuevo poder económico del grupo empresario que se enriqueció con la agricultura for export?


¿será que los bidones de nafta de los malditos incendiarios los llena el diablo?


¿Será verdad que es el mayor desastre ecologico del país y la gravedad de la contaminación humana esta siendo escondida?


Ni apocalipsis ni integración , algo esta atras del humo que no vemos: la decadencia del espiritu de comunidad para juntar solidaridades en un horizonte común: -ya nadie cree que un desastre ecologico mata a todos.-

VER NOTA:
***
CITY SEQUENCES MONOXIDE
por Gabriel Roel

El humo envolvente como niebla trucha.
Humaderal de vaho forzozo.
Tizne de la ciudad por sus transparencias.
Ciudad de charamusca donde nube y ardor
son mímesis aglutinada, lo que se cuece.
Un archipiélago de ranchada en los intersticios para abarrotar lo visible.
Ver incinerado que virtualiza lo crudo en haberes inoculantes
de lo que viene del futuro a producir mañana discontinuada.
Una madrugada de cielo carcomido como horno abierto.
Ciudad de la carbonada que destrona al plata.
Paradoja sin eficacia encallada en pastizales quemantes.
Cristal de brasa en flor de las miserias:
subtes y linvings; autopistas y cuartos donde los cuerpos
se doran de transparencias y omisiones.
Buenos Aires fue allí donde los vahos
ahora nos cuelgan de incertidumbre.
Mejor que a las certezas no las planifiquen gobernantes o técnicos,
los contaminadores de la administración
que taló la traducción y el límen
para la vida administrada.
Los maniqueos quienes hicieron de las crecientes
maneras de una nueva intriga aún más silenciosa
como fayuta como feng shui desmadrada
hecha de agua turbia
y nuevas devastaciones.
Esquilmados los campos y los valles a topadoras y soja;
cocidos blanco y negro.
Ciudad donde lo único gris es la ceniza.
Ciudad cenicero.-

miércoles, 2 de abril de 2008

Crisis del campo: ¿última batalla?

El levantamiento del paro por las organizaciones rurales ante el riesgo de desestabilizacion y despues de una plaza de Mayo llena de sindicatos pero tambien de democracias independientes, es leida en clave de "fortalezas" en un texto de Pasquini Duran que invitamos a leer:
FORTALEZAS (*)
Por J. M. Pasquini Durán
La Plaza de Mayo fue ocupada por numerosos grupos organizados y también por personas de ambos sexos y edades variadas que acudieron por su cuenta y riesgo. Intendentes, sindicatos y organizaciones sociales se encargaron de la movilización más orgánica, pero no hubieran colmado la Plaza sin el concurso de los independientes. No es un dato menor, puesto que el Gobierno acaba de cumplir los primeros cien días y ayer mostró que conserva la convocatoria que se puede esperar de quienes ocuparon, cómodos, el primer lugar en el escrutinio del 10 de diciembre. Los veinte días de piquete rural tendrán costos políticos para el Gobierno, pero si los ruralistas persisten también ellos tendrán que dar cuenta por sus actos. “No se puede representar al pueblo y enorgullecerse de desabastecerlo”, afirmó con razón la presidenta Cristina, única oradora del mítin.

De todos los que se rasgaron las vestiduras por la presencia en la Plaza y en las tribunas oficiales de Luis D’Elía, son muy pocos los que han castigado con la misma saña la suprema violencia, arbitraria y arrogante, de los que impiden el paso de los camiones con alimentos, insumos industriales y mercaderías comerciales. Personajes de fama transitoria, como Alfredo De Angeli en Gualeguaychú y varios otros, aunque lo nieguen, son directos responsables del desabastecimiento y de la estampida inflacionaria en los precios del consumo masivo, cuya principal perjudicada es la clase media urbana, de la que se desprendieron los grupos menores que sonaron las cacerolas por una presunta solidaridad con “el campo”, aunque al verlos y escucharlos la memoria evoca añejos prejuicios antiperonistas.

Al Gobierno se le pueden dirigir distintos reproches por la oportunidad y el modo de manejar las retenciones, y por no hacer antes las debidas tareas para lograr consensos y, sobre todo, para contrarrestar la sostenida campaña de la derecha económica y política que usa esos déficit oficiales para reclutar adhesiones con una intención única y última: cambiar la orientación de la política económica gubernamental y desalentar el modelo de desarrollo sin exclusión social.

A los dirigentes de las cuatro entidades rurales –incluida la Federación Agraria, que debería elegir mejor sus compañías– los devora la nostalgia por los años ’90 y hasta por los tiempos de Martínez de Hoz, hombre “del campo”, aunque su entorno haya sido el terrorismo de Estado, arrojando prisioneros vivos desde los aviones al Río de la Plata y robando bebés nacidos en cautiverio. Son los que quieren que vuelva Videla y los que consideran a Cecilia Pando, defensora irrestricta de las violadores de derechos humanos, como “una argentina más de nuestro lado”.

Los mismos que contribuyeron, con un lockout como el actual, a desangrar al desastroso gobierno de Isabel Perón y a despejar el camino para el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
En esta oportunidad, debilitar al Gobierno quieren y también ganarle la pulseada quieren, para que, de ahora en adelante, en lugar de los militares sea “el campo” la última línea de defensa del modo conservador de vida nacional. Es lo que está en juego y todo lo demás son fuegos artificiales, aunque la mano de obra para el piquete crea que de verdad el Gobierno arregló el bolillero para que los más chicos no puedan ganar el Gordo de Navidad, o las izquierdas ausentes de la Plaza piensen que los desabastecedores son el ariete de la transformación revolucionaria en ciernes. ¿Ariete? Ni arete, siquiera. De cualquier modo, todo eso quieren, pero hay que ver si pueden.
Ayer la Plaza envió un mensaje a los desabastecedores inflacionarios.

Hoy, los piqueteros tendrán que decidir si escuchan el rumor y abren aunque sea un paréntesis por uno o dos meses para ocuparse, de paso, de las cosechas y los animales. Los que se aficionaron a estar en la TV vagarán por los campos como almas en pena y algunos –quién sabe– se convertirán en luces malas o terminarán bailando por un sueño, como hizo alguna notoria piquetera urbana.

Los campesinos son, en verdad, una especie en extinción si los pronósticos de Naciones Unidas aciertan que antes de llegar a la mitad del siglo XXI el 80 por ciento de la población vivirá en las ciudades. El proceso de concentración económica, por otro lado, es otra tendencia mundial y mientras más capitalista sea la economía nacional más concentrada estará. A los gobiernos les queda el recurso tributario para ejercer la tutela del Estado a fin de evitar que los tiburones se devoren a todas las sardinas. Temprano o tarde, será inevitable la reforma impositiva para que los ricos paguen más que los pobres y, en esa batalla que ya comenzó, no hay lugar para neutralidades esterilizadas: o con los ricos o con los pobres y la opción cuenta lo mismo para la gestión de gobierno que para los opositores políticos. Sí, aparte de la Sociedad Rural y sus aliados hay opositores políticos, aunque no se noten demasiado debido a que en estos agitados días sus aportes a la concordia nacional fueron pocos y vanos.

Si a los piqueteros hoy los asalta el sentido común, a lo mejor doña Cristina llega a tiempo a París para almorzar con el marido de Carla Bruni, el presidente de Francia, ya que se perdió la cita en Londres. En su mensaje de la víspera dejó convocado el próximo mítin popular para el 25 de mayo en el mismo lugar y a la misma hora. Hizo bien, porque aún con la tregua abierta, terminó una batalla pero no la guerra. Sería interesante, además, que el diálogo y la tolerancia no sean una exclusividad de cúspides, para que también intendentes y gobernadores ocupen un espacio político que necesitan y, en buena parte, merecen.

En los años ‘70, cuando los Kirchner eran jóvenes militantes, el diálogo no estaba muy de moda, pero se descontaba que hacer política no era actividad de ámbitos recoletos ni propiedad exclusiva de la vida matrimonial. Era (es) una tarea colectiva, de y entre muchos. Fuente de fortaleza para la democracia.

(*)-Nota publicada en diario Pagina 12, miercoles 2 de abril, 2008.-