jueves, 29 de mayo de 2008

EL monstruo de Viena ya sin Freud


EL CASO FRITZL

Entrevista a Jacques-Alain Miller

Le Point 08/05/2008 N°1860 -Paris

El psicoanalista Jacques-Alain Miller examina para Le Point el crimen que ha sacudido Austria, donde se descubre cómo Josef Fritzl, de 73 años, ha secuestrado a su hija durante veinticuatro años y le hizo siete hijos. Para Miller, lo que se sale de lo ordinario, no es el incesto, es "la regularidad invariable de un acto inmundo".

Entrevista.

Le Point: ¿Qué puede conducir a un individuo a tal grado de perversión?

Jacques-Alain Miller: Una buena educación, a la antigua, de altas virtudes morales... Me explico. ¿Por qué rasgos "Das Inzest-Monster", como le llaman los austríacos, quedará en los anales clínicos y policiales? Ud. puede imaginar que no será únicamente por el hecho del incesto, práctica bastante extendida, ni tampoco por el número de sus víctimas. Si es excepcional, es por la tenacidad, la constancia, la duración. Lo que se sale de lo común es la regularidad invariable de un acto inmundo, el método, la minuciosidad y la seriedad invertidos en el cumplimiento solitario de un único crimen que se prolongó durante un cuarto de siglo. Ni un error, ni un desliz, ni un acto fallido. Total quality. Son las mismas "eminentes cualidades" atribuidas, tradicionalmente, al carácter germánico. Puestas al servicio de la ciencia y de la industria han forjado la reputación de los países de lengua alemana. Por otra parte, era un ingeniero eléctrico y decía a su mujer que bajaba al sótano para dibujar planos de máquinas.
Si Gilles de Rais en Francia, Erzsebeth Bathory en Hungria, grandes señores feudales de los siglos XV y XVI, quedan en la memoria, es al contrario por el desorden de sus conductas, sus violaciones y asesinatos innumerables. El austríaco, pequeño notable de provincias es, también, un tirano pero puramente doméstico. Lleva una existencia perfectamente «casera» pero desdoblada. Es fiel a su hija Elizabeth, único objeto de su goce, a la que hace de alguna manera una segunda esposa. Le da siete hijos, el mismo número que a su esposa legítima. Parece que no se le puede reprochar ni abortos ni contracepción: es un buen católico. Opera con la más absoluta discreción, su conducta no da lugar a ningún escándalo, puesto que a esta segunda familia, la hace vivir bajo tierra, en un cuchitril sin luz natural donde no se puede estar de pie, a lo Luis XI.

LP: ¡No es, sin embargo, su educación que puede explicar su conducta!
JAM:
Se ha sabido que fue educado sin padre por una madre que todos los días le pegaba con violencia. El hecho no ha debido quedar sin consecuencias. Siempre se puede decir que él quería vengarse del objeto femenino y protegerse contra sus caprichos... Pero sería complicado deducir su vicio de ahí: eran posibles otras salidas. En 1967, en el momento del nacimiento de Elizabeth, su cuarto hijo, J. Fritzl fue arrestado por violación; debió cometer otras. Parece como si hubiera decidido adoptar, y mantenerse en una bigamia incestuosa. No se le conoce más que algunas escapadas sexuales a Thaïlandia, con compañeros, notables de la ciudad. Volvía bronceado, en plena forma, junto a su pequeña familia que no veía jamás el sol.

LP: ¿Era una especie de Dr.Jekyll-Mr Hyde?

JAM: Era a la vez un Padre severo, el Padre de la ley, cuyo rigor implacable sorprendía a los que le veían regir su familia de arriba y; con su familia de abajo, un Padre gozador, fuera de la ley. En estos dos roles, en un cierto nivel, fue irreprochable: piensen que aseguró, sin fallar un instante, la subsistencia de todos los suyos. Al mismo tiempo, era sin duda un estafador: de sus operaciones inmobiliarias no queda más que considerables deudas. Es el Estado quien deberá pagar los años de psicoterapia y reeducación que necesitará la familia de abajo. El montante ya ha sido evaluado en 1 millón de euros.

LP: ¿La cultura patriarcal, la huella católica, la religión del «cada uno en su casa», que marcan a Austria, han podido jugar un papel?

JAM: Algunas de estas características valen para Sicilia. Pero no es muy imaginable una historia así en Syracusa o Trapani: allí, las gentes que viven entre cuatro "muros" sin salir son más bien los mafiosos perseguidos por los carabinieri.

LP: Pero ¿es un azar que, después del «caso Kampusch», este crimen estalle en Austria?
JAM:
El caso Fritzl, el caso Kampusch, produce sentido necesariamente. Mientras que, los Estados Unidos son la tierra bendecida de los criminales en serie, Austria adquiere la categoría, junto con Bélgica, de los perversos "caseros del subterráneo", si se puede decir así. El caso presente se distingue por su atmósfera de obediencia ciega. No solamente la de su mujer: Fritzl alquilaba habitaciones en su casa, con el paso de tiempo, por allí desfilaron una centena de inquilinos, él les decía que no podían bajar a su bunker, y ninguno imaginó enfrentarse a esta prohibición. En nuestros días se deploran, con mucho gusto, las infracciones hechas con respecto a la vida privada: es un reproche que no se le hará a los austríacos. En la Ybbstrasse, todo estaba en orden, la fachada elegante, el frigorífico subterráneo bien provisto, la ropa bien limpia y planchada. Se miraba la televisión en familia. ¿El bunker? Era un refugio antiatómico familiar, edificado con la ayuda de subvenciones oficiales. Un gran crimen popular es siempre un hecho social total, para retomar la expresión de Marcel Mauss: es un microcosmos de la sociedad, ella se refleja enteramente en el hecho. Fritzl: quizás criminal, pero, ante todo, Korrekt. En regla. Ningún traspiés. Nada de inconsciente. Ningún sentimiento de culpabilidad.

LP: En lo que concierne a la historia pasada, ¿se puede hablar de un pueblo que «reprime» sin tregua, rehusando mirar la realidad que tiene en frente?
JAM:
Es lo que dicen los ingleses. Ven en Fritzl un símbolo de Austria. Es también la idea del novelita Josef Haslinger. La casa natal de Hitler está a una hora y media, por carretera, de Amstette; Mauthausen, aún más cerca. El canciller anuncia una gran campaña internacional de relaciones públicas para mejorar la imagen de Austria. Espíritus más prácticos piden, mejor, recursos para los servicios sociales. Un dibujo del Times de Londres muestra a Austria tumbada en el diván; detrás, Sigmund Freud. Podemos recordar que el país se ha ocupado de erradicar el psicoanálisis, o poco falta. El abogado alegará alienación mental. A la vista del extremo cuidado y maestría en el crimen y la duración del delito, la irresponsabilidad no está nada clara.

Entrevista realizada por Christophe Labbé y Olivia Recasens © DOC.LKA/US PRESS/SIPA

Traducción: Mercedes de Francisco
from TLN Nº 395 del miércoles 14 de mayo 2008


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