martes, 11 de diciembre de 2007

Un viaje por el país Mbya-guaraní




LA OTREDAD NEGADA
Por Enrique Acuña



Mi andar con ese omnibus que atravezaba la selva del Valle de Cuña Pirú en Aristobulo del Valle se tiñó de tierra roja a rojo-verguenza cuando ecuchaba las palabras de Erika K. en el asiento de al lado: "Ahora hay que protegerlos... porque se estan extinguiendo". Esta bella gringa se referia, no a los yaguareté ni al Pindó, sino a los indígenas Mbya Guaraní que se agrupaban en la ruta con sus chozas de artesanías y se apretujaban adelante nuestro en viaje al pueblo.

Ella subió primero suave con su niño rubio, con facciones propias al síndrome Down. Hija de ucranianos que llegaron en la gran oleada migratoria de los años 50 poblando el hasta entonces aislado Territorio Nacional de las Misiones. Nuestra conversación fue vaga -su hijo la reclamaba y me pasaba la mano presentándose.

Dijo:-"Si alguien los atropella en la ruta, encima debe pagar". El odio de Erika se concentraba en sus punzantes ojos azules con certeza cruel: "pusieron luces de siete kilómeros en esta ruta porque los autos mataban la indiada como animales".

Le sugiero que eran ciudadanos, que tenian nuestros derechos y ademas eran los dueños ancestrales de ese valle paradisíaco. Responde:- "lo que faltaba... que les den estas tierras!".

Me cuenta que es hija de colonos agricultores que como muchos "polacos", hicieron dinero y enviaban ahora a sus hijos a los paises de origen -europeos- a estudiar, en una suerte de retorno. (Su hijo con evidente deficit intelectual se ponia rojo de calor y seguia controlándome)

Algunas niñas mbya, graciosamente ataviadas con sus artesanias, ya bajaban cuando Erika tambien desciende molesta, deseandome suerte. Al bajar capté lo rubio con lo negro en un contraste de mestizaje donde el color hibrido cruzaba ambas razas, con ideologias ahora tambien diferentes.

Una se habia ganado con sacrificio la tierra y era propietaria, la otra en conflicto con los "dueños" (kara-ií) con quienes un conflicto de años los encuentra a veces como Universidad Nacional de la PLata, y otras con el mismo intendente como enemigo.

El monte, reserva y creación, ya no dá su protección como antes. Ka´aguy (monte) es el habitat natural no solo del nomadismo de los originales de Guarán -los sagua á- sino el ser mismo de su cosmovisión. En su seno Tupá crea los objetos sagrados -parte de los dioses- que permiten la vida: desde la miel hasta el Jabalí, pasando por las hierbas medicinales. Ese monte ya fue arrasado por la Empresa Forestal Celulosa y ahora se proteje por una reserva biosfera que permite la deforestación.

Cuando llegé a El Soberbio para una vez mas embrujarme con sus saltos de Moconá me invitaron a las comunidades Mbya de Tekoa Yma y Tekoa Kapi'i Yvate (en la Reserva de la Biosfera de Yabotí) (1) donde el mismísimo cacique mostraría sus senderos secretos y el arte de las trampas puestas para cazar por siete pesos!.
Recordé a Santiago Delgado denunciando el genocidio sutil del pueblo mbya cuando decía que se los ve como "objetos exoticos" y un consumo mas del "turismo aventura" (lean la emergencia en que viven en el video de Endepa).

Tambien el texto de Roxana cuando señala la inter-culturalidad. Ese inter es un ideal de encuentro imposible de alcanzar por la globalización económica que tiene efectos diferentes a la cultural. Un poder internacional que se enfrentará cada vez más a la resistencia de lo local. Sabemos que el promovido multicultutalismo como "meting pot" donde se revuelve la ensalada étnica es desigual y absurdo, pues el capital separa a los pueblos pobres aunque su cultura sea rica. Lo "inter" pasa a ser sospechoso.

De regreso a Posadas cuando un nuevo gobernador criado en Aristóbulo tomaba su mando, fui a escuchar las voces de los coros guaranies en la plaza de artesanias. Es hoy una plaza llena de carpas que recuerdan a los mbya , tomada por los taraferos que reclaman por su trabajo en la yerba mate. Ahí una chica guaraní me regaló un almanaque con el rostro de un niño aborigen que reza: "La tierra sin mal -por la diversidad cultural y una provincia interétnica" .

Recordé el rostro de Erika como forma de la negación de esa otredad que supone lo "interétnico".

Si aplicamos un analisis de lo social siguiendo la lógica de la exepción: "A nuestro porvenir de futuros comunes le seguiran procesos de segregación" (Jacques Lacan). Eso no quiere decir sino que habra retornos de las particularidades. Protesta y retorno de lo que se excluye.
Tal vez las plazas públicas -asi como aquellos montes que fueron antes sagrados- serán el lugar de la lucha, el exordio , y también de la purgación del mal como aquello que el símbolo cultural no puede elevar a ningun cielo.-

(1)-Carta del Biologo Raul Montenegro de Fudepa:
"Desde hace dos años estamos trabajando con las comunidades Mbya de Tekoa Yma y Tekoa Kapi'i Yvate en los Lotes 7 y 8 de la Reserva de la Biosfera de Yabotí que fuera reconocida por la UNESCO en 1995. Ambas comunidades, que son cazadoras, pescadoras, recolectoras y agricultoras de subsistencia, han vivido en equilibrio con la selva Paranaense durante más de 1.000-1.500 años. Tienen una cultura extremadamente rica y profunda, utilizan 150 especies de plantas medicinales, y reconocen, por ejemplo, 229 especies de aves.
Lamentablemente su territorio de vida está extendido sobre los Lotes 7 y 8 de la reserva, que pertenecen a empresas privadas. Una de ellas, Moconá Forestal S.A., dueña del Lote 8, está extrayendo árboles centenarios con autorizaciones emitidas por el Ministerio de Ecología de la provincia de Misiones.
Recientemente ocurrió un hecho muy grave. Moconá Forestal S.A. extrajo en forma irracional 120 árboles añosos que la comunidad utilizaba para obtener sustancias medicinales. Esos árboles representaban más de 10.000 años de crecimiento vegetal acumulado. La angustia que produjo semejante saqueo sobre los niños, mujeres y hombres Mbya no puede narrarse con palabras. Se suma así a la permanente violación de su territorio con caminos, pasaje de vehículos y aserrado mecánico de árboles.
Este vaciamiento de plantas medicinales y alteración de su ambiente disminuye no solo su resistencia a las enfermedades, sino que aumenta también la posibilidad de más muertes. Ambas comunidades están a 5 horas en vehículo 4x4 de El Soberbio, y sus gritos y desesperanza no se escuchan ni en las oficinas de gobierno ni en el resto de la sociedad. "
video sobre la situación aborigen en Moconá en:

ver cometarios sobre el film "Mbya, tierra en rojo" y notas sobre el conflicto Mbya-UNLP en:

2 comentarios:

Jenny Wasiuk dijo...

Gracias al que redactó esta nota...
Nuestra provincia crece y crece, pero nosotros, los "nadies", nos vamos achicando cada vez más.
Nuestros Mbya no son objetos para mostrar al turismo, son los dueños de la tierra...
Cada día me duele más...
y me crece la furia
y se me agiganta la impotencia.
Muchas, muchas, muchas gracias!
Entre todos somos más!!!

Anónimo dijo...

Hola Tito!!
Hermoso el documento, creo que deberías publicarlo en distintos diarios de la zona en Carta de Lectores. Vivimos cotidianamente esta triste realidad y es necesario bombardear al pueblo con artículos como el tuyo para que se responsabilicen. Un abrazo. Patti