sábado, 7 de julio de 2007

FILOSOFIA Y POLITICA EN TV


DE FUTUROS TELEVISORES APAGADOS

por Enrique Acuña
Jean Paul Sartre –aquel filosofo de la carencia y el deseo- me sorprendió anoche desde un canal abierto de Buenos Aires, en un reportaje hecho por la televisión francesa en 1967.

Hablaba con el tono sagaz de la época de manera dura y tajante contra el romanticismo de Flaubert y a favor de la literatura del compromiso. “Realidad y concientización”. Explicaba porqué un marxista francés era como todos los franceses, y él mismo no podía hablar contra las torturas hechas por tanto enciclopedismo en las colonias, en especial Argelia.

Me sorprendia J.P.S., había leído, claro que después de El ser y la nada, su libro Las Palabras, un relato autobiográfico donde elevaba la literatura a su función social de transformación. Pero además era el “yo-Sartre”, que como Borges, se mofaba con soberbia de su rechazo del premio Nobel. También detestaba la cultura americana y ensalzaba algún humanismo a la cubana que en esos años 60’ era correcto, mientras se fumaba unos Gauloises. Latinoamérica, para los progresismos europeos era el futuro de la revolución humanista. La potencia del Emilio de Rousseau y de una patria internacional y socialista.

De golpe, el televisor se puso oscuro –como ocurre con las interrupciones adrede- pensé que habría un déficit energético fente al frío, o simplemente un apagón.
No, nada de eso. Como decía Cortazar en aquel libro contra las multinacionales todo podria estar hecho para boicotearnos. Justo ahora que Filmus hacia el canal Encuentro educandonos a todos y proyectaban esta histórica vindicación de mi preciado JPS, con su anacrónico existencialismo.

Miré el despertador eléctrico que funcionaba bien, ergo, era un problema del canal.
Ese instante de “todo-negro”, corte real, me permitió pensar que cuarenta años después de aquella entrevista al filosofo del ser, estábamos en Buenos Aires con unas elecciones decididas con mayoría macrista. Que pronto la ciudad estaría blanqueada de cartoneros y desaparecería el canal telermaniano Ciudad Abierta, donde veía algunos tipos cada tanto dicen lo que piensan. Las calles estarían asediadas por el ideal blumbergiano de La Seguridad , es decir mas gente armada, y otros creídos ya empresarios, harían la excepción porteña a la patria K.

Me tranquilicé pensando que como muchas calesitas del mundo, el poder político oscilaba de gauche a droite pero sobre todo basculaba entre Crímen y Castigo a la ruleta rusa de Dostoievski.

Una sociedad alienada al reality show de Crónica TV era posible pero tambien estaría la otra, aquella que podría sentarse a hablar de manera diferente. En un bar cualquiera pero de-a-uno. Borre de mi hardward inconsciente el slogan que dice “la gente sabe”. La masa, piensa, pero no sabe, en todo caso suma. Solo se podría esperar lo que se desea según nuestra propia esperanza. Escupí la nausea del masivo comunicador, pues me habia vuelto un solitario “hacedor de palabras” pero a condición de escuchar de-a-uno. Recordé que Jacques Lacan hablaba en la televisión francesa pero sin querer que se le entienda todo. La verdad a medias, y a cualquiera.

De pronto volvió la luz a la tv.: era ahora una imagen del big brother criollo con un boxeador con su capa azul amarilla como un rey caído en satén amarillos y azules, acostado en su hastío de esperar nada. Ni futbol. A puro tedio, el boxeador espera que llege su salida… el es sartriano!, pensé al revés. Y apagé mi cabeza pensando un próximo poema para dentro de cuarenta años.-
Bs.As. tenue ( post-balotage) 5 de julio, para La Chicharra Viajera (nueva serie)


(1)- En nuestra contienda electoral porteña, tanto el candidato pedagogico evoca Sartre como el ganador de PRO boquense en el campeon mundial "Roña" Castro, usando el show mediatico, nosotros no podemos sino sostenernos en el chiste como agudeza paradojica, un decir en otra poética.-

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