domingo, 28 de octubre de 2007

Comentando a Gerardo Pisarello



"Pan Curuica" de Pisarello

Por José Luis Galarza *

El autor de la nota sugiere que los alumnos lean el libro de Gerardo Pisarello.Los extraordinarios cuentos o "casos" narrados por el original escritor correntino Gerardo Pisarello nos pone en contacto con una época inmediatamente anterior a la justicia social promovida por el peronismo y en la que se desenvolvía la inmensa mayoría del pueblo correntino, sumido en la extrema pobreza, la marginalidad, la desocupación, el analfabetismo, la desesperanza y la explotación a que era sometido.

La persona era considerada como un objeto, como una cosa manipulable nos diría el existencialista cristiano Berdiaeff, o bien "un ente caído entre los entes" según Heidegger, degradado en su existencia única e irrepetible, sin la dignidad, la singularidad, la preeminencia entre los seres que Dios le había asignado en la Creación (Biblia). Era muy dura la lucha por la vida, especialmente la del que no poseía un pedazo de tierra para su alimento y subsistencia. Es decir gozaba de la libertad civil, pero su situación de indigente, podía terminar en una libertad para morirse de hambre.

Gerardo Pisarello narra con asombro (1) esta realidad de sus cuentos, en la que el paisano apenas sobrevive, trabajando todo el día para el patrón, el dueño de la tierra. La aguda observación caracteriza así a los siguientes cuentos: "Polí", "Jamario Torres" (curandero y músico), "No es justo", "El entierro".Era tan dura la lucha por la vida, rayana en la indigencia, condenado a apenas subsistir, aún gozando de la libertad proclamada en la Constitución y las leyes, pero aún con plena vigencia, no era impedimento para que se muriese de hambre. Trabajaba casi como un esclavo, sin emitir quejas ni rezongos. El correntino soportaba con estoicismo el sufrimiento, era duro, fuerte y tenaz. Su trabajo fue apreciado en provincias vecinas como Chaco, Santa Fe y Misiones. Era hábil jinete y diestro en el manejo de la tropa baguala.En cada cuento de la brillante pluma de Pisarello se hallan muchas reflexiones filosóficas y sociológicas de una vida acosada de privaciones y necesidades (necesidades básicas insatisfechas definen hoy los sociólogos).

Veamos el cuento "No es justo", pág 77: Entre mate y mate, Ciriaca le expresa a Luis, su esposo, "nacimos pobres y pobres tenemos que morir. De nada nos sirvió trabajar", reflexión que se le escapa mientras contempla el maizal achicharrado por la espantosa sequía y el calor estival. Y esta reflexión surge a raíz de dos años consecutivos de fracasos en la cosecha de su chacra, la primera vez por la seca y la segunda por las abundantes lluvias que emponcharon todo el cultivo. Son contradicciones climáticas imprevistas. En nuestro país el agricultor está librado a su propia suerte y no recibe tipo alguno de subsidio, como pasa con otras actividades productivas.Ciriaca, el personaje de la narración piensa en voz alta: "Quién sabe si no es mejor que los pobres no tengan hijos. No está bien que vengan a sufrir los déficits de los padres (pág 82)
Y el hombre responde: Esta pobreza tiene que acabar. No sé cómo, pero tiene que acabar". Indudablemente este problema es tan antiguo como la humanidad. Ya el gran Platón esbozó en su genial obra "La República", la existencia de las clases sociales y de las injusticias sociales que sólo pueden atenuarse con una mejor distribución de las riquezas. Jesús también mencionó a los pobres y el Sermón de la Montaña es el más grandioso que se haya pronunciado, por eso su palabra es eterna (Giovanni Papini dixit, "Historia de Cristo").
En el cuento "El entierro" (pág 65), se entabla un diálogo entre el hijo y la madre por el fracaso de lograr dinero en la búsqueda de restos óseos, y el primero le dice que se va "para el lado del Chaco a buscar trabajo" y que la plata la va a lograr trabajando. La madre piensa que nada puede hacer y que "la desgracia del pobre es penar…


Hasta para conseguir trabajo".En el cuento "No es justo" hay que decir que tiene un fin
bastante triste. Un usurero, el turco Juan, almacenero que le proveía mercaderías para el diario vivir, al no poder cobrar lo adeudado, le ofrece comprar su tierra por una bicoca y acorralándolo por la miseria lo obliga a aceptar, quedando en el desamparo total, sin nada. "Vamos a tirar para el lado del Chaco", dice el hombre y resignadamente la mujer responde: "Lo mismo da; si hay trabajo, las criaturas no se morirán de hambre". Es la diáspora de los correntinos a la que alude el escritor Alvarenga, a pesar de ser Corrientes provincia cofundadora de la nacionalidad, de una identidad imborrable, sufre el fenómeno sociológico de la despoblación, de la emigración de los pobladores nativos, teniéndose en cuenta que no recibió inmigración extranjera a diferencia de Chaco, Santa Fe, Misiones. Y los correntinos se expandieron por los confines de la Patria en busca de trabajo y mejores horizontes.

En esta obra también se mencionan otras virtudes de la correntinidad, como la solidaridad con el prójimo, su mano siempre dispuesta a ayudar al desvalido. Y el ejemplo del compadre Jiménez que lo ayudó económicamente y lo reconfortó espiritualmente para que no afloje, que no se dé por vencido. El "a buen tiempo", es tan gráfico porque evidencia cómo, se expresaba el paisano cuando "pasaba por la casa de un vecino".¿Por qué Pan Curuica no se lee en la escuela secundaria o se incluye en la bibliografía que el Ministerio de Educación sugiere como lectura en los programas en vigencia, siendo esta obra y las demás de Pisarello tan brillantes y realistas?

(1) Asombro que se trasmite y contagia al lector.
* El autor es diplomado en Filosofía en la Universidad Nacional de Córdoba.
Texto editado en diario El Libertador (Corrientes)

martes, 23 de octubre de 2007

MEMORIAS (poema)


MEMORIAS


A mi hermano Raúl Antonio y mi madre Marina Concepción Bofill


Poema de Oscar Portela


Las sombras del pasado se avecinan.

Vienen a mí.

Me inquieren, Vadean fuentes de luz de la memoria

Que ilumina todo camino abriéndolo Al azur.

Las sombras son las aves Del pasado.

Las aves que en invierno Migran a la morada del origen.

Y aquí en mi corazón hacen su nido

Fantasmas invisibles que se adelantan

A los pasos que siembran los caminos.

¿Somos la sombra de otra sombra

Que aguarda por una luz hoy extinguida?

Voy a trazar los sueños de mis sombras

Entre palmas y aguas del estío.

Yo soy la sombra.

Mi cuerpo es la guarida

Donde la historia se gestara un día.

Las sombras adelante bordeando Las sombras.

Y en la aguada un caballo

Solo y triste.


Oscar Portela

Corrientes 17 de octubre del 2007

martes, 16 de octubre de 2007

Antología poética guaraní



POÉTICA BILINGÜE


El próximo martes 16 de octubre a las 21 se presentará en el café "El Mariscal" la antología bilingüe de poetas correntinos y paraguayos "Tierra sin Mal", dirigida por el escritor español Jaime Rosa, invitado especialmente por la Subsecretaría de Cultura de la provincia de Corrientes..
La obra, impresa en España en 2005 por Huerga y Fierro Editores, cuenta con traducciones de Bertinaldo Ávalos Rojas, Eladio Fernández y Lino Trinidad Saravia, y poemas de veinte escritores argentinos y paraguayos.
Jaime Rosa nació en Bellreguard, Valencia, España, en 1949. Es poeta, traductor y ensayista. Licenciado en Filosofía en la Universidad de su ciudad natal, se doctoró posteriormente en la Universidad de la Sorbona. Está considerado como una eminencia europea en literatura, filosofía y filología.
La coordinación general de este libro es responsabilidad de Marily Morales Segovia, escritora correntina que reside habitualmente en Valencia y que interviene en el libro con su poesía y un breve ensayo preliminar.
Los autores antologados son José Alberto Alarcón, Martín Alvarenga, María Edith D'Andrea, Margot Insaurralde Pisarello, Sergio Leiva Giardinieri, Palmira Magna Acevedo, Alejandro Mauriño, Marily Morales Segovia, Dora Norma Filiau, Mónica Griolio de Salón, Oscar Portela, Javier Gustavo Ríos, Nancy Sánchez, Jorge Sánchez Aguilar, Darío Schvetz, Ana María Toledo, Lino Trinidad Saravia, Elena Zelada de Fiorio, Catalina Levin de Zentner y Rolando Camozzi Barrios.

"Tierra sin mal" es una obra que presenta, a través de sus 170 páginas, los poemas en castellano y guaraní, permitiendo al lector una visión comparativa.
En la presentación a efectuarse en "El Mariscal" harán uso de la palabra Darío Schvetz, autor antologado y ex presidente de la SADE local, la poetisa Marily Morales Segovia y el responsable de la obra, Dr. Jaime Rosa.
El acto literario se efectuará en el café cultural mencionado, Salta y Pellegrini de la ciudad de Corrientes, a las 21. La entrada será libre y gratuita y la obra estará en venta.
Adhiere este acto la revista La Chicharra Viajera -letras entre ciudades itinerantes-

martes, 9 de octubre de 2007

Aquel poeta de la revolución ( a 40 años del fusilamiento del Che)



Rodolfo Walsh escribe sobre Ernesto "Che" Guevara
Cita (Rodolfo Walsh):

Buenos Aires, Octubre de 1967.
"¿Por quién doblan las campanas? Doblan por nosotros. Me resulta imposible pensar en Guevara, desde esta lúgubre primavera de Buenos Aires, sin pensar en Hemingway, en Camilo, en Masetti, en Fabricio Ojeda, en toda esa maravillosa gente que era La Habana o pasaba por La Habana en el 59 y el 60. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad aun si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo.

Lo veo a Camilo, una mañana de domingo, volando bajo en un helicóptero sobre la playa de Coney Island, asomándose muerto de risa y la muchedumbre que gozaba con él desde abajo. Lo oigo al viejo Hemingway, en el aeropuerto de Rancho Boyeros, decir esas palabras penúltimas : "Vamos a ganar, nosotros los cubanos vamos a ganar" . Y ante mi sorpresa: "I´m not a yankee, you know" . Interminablemente veo a Masetti en las madrugadas de Prensa Latina, cuando ya se tomaba mate y se escuchaba unos tangos, pero el asunto que volvía era el de esa revolución tan necesaria, aunque hoy se presenta tan dura, tan vestida con la sangre de la gente que uno admirado simplemente quiso.

Nunca sabíamos en Prensa Latina, cuándo iba a venir el Che, simplemente caía sin anunciarse, y la única señal de su presencia en el edificio eran dos guajiritos con el glorioso uniforme de la sierra, uno se estacionaba junto al ascensor, otro ante la oficina de Masetti, metralleta al brazo. No sé exactamente por qué daban la impresión de que se harían matar por Guevara, y cuando eso ocurriera no sería fácil. Muchos tuvieron más suerte que yo, conversaron largamente con Guevara.

Aunque no era imposible ni siquiera difícil yo me limite a escucharlo, dos o tres veces, cuando hablaba con Masetti. Había preguntas por hacer pero no daban ganas de interrumpir o quizá las preguntas quedaban contestadas antes de que uno las hiciera. Sentía lo que él cuenta que sintió al ver por única vez a Frank País: sólo podría precisar en este momento que sus ojos mostraban enseguida el hombre poseído por una causa y que ese hombre era un ser superior.

Yo leía sus artículos en Verde Olivo , lo escuchaba por TV: Parecía suficiente, porque Che Cuevara era un hombre sin desdoblamiento. Sus escritos hablaban con su voz, y su voz era la misma en el papel o entre dos mates en aquella oficina del Retiro Médico. Creo que los habaneros tardaron un poco en acostumbrarse a él, su humor frío y seco, tan porteño, debía caerles como un chubasco. Cuando lo entendieron, era uno de los hombres más queridos de Cuba.

De aquel humor se hacia la primera víctima. Que yo recuerde, ningún jefe de ejército, ningún general, ningún héroe se ha descrito a sí mismo huyendo en dos oportunidades. Del combate de Bueycito, donde se le trabo la ametralladora frente a un soldado enemigo que lo tiroteaba desde cerca, dice: "mi participación en aquel combate fue escasa y nada heroica, pues los pocos tiros los enfrenté con la parte posterior del cuerpo" . Y refiriéndose a la sorpresa de Altos de Espinosa: "no hice nada más que una retirada estratégica a toda velocidad en aquel encuentro" .

Exageraba él estas cosas, cuando todos sabían que acaba de recordar Fidel, que lo difícil era sacarlo del lugar donde hubiera más peligro. Dominaba su vanidad como el asma. En esa renuncia a las últimas pasiones, estaba el germen del hombre nuevo que hablaba. Guevara no se proponía como un héroe: en todo caso, podía ser un héroe a la altura de todos. Pero esto, claro, no era cierto para los demás. Su altura era anonadante: resulta más fácil a veces desistir que seguirlo, y lo mismo ocurría con Fidel y la gente de la Sierra. Esta exigencia podía ponernos en crisis, y esa crisis tiene ahora su forma definitiva, tras los episodios de Bolivia.

Dicho más simplemente: nos cuesta a muchos eludir la vergüenza, no de estar vivos porque no es el deseo de la muerte, es su contrario, la fuerza de la revolución, sino de que Guevara haya muerto con tan pocos alrededor. Por supuesto, no sabíamos, oficialmente no sabíamos nada, pero algunos sospechábamos, temíamos. Fuimos lentos, ¿culpables? Inútil ya discutir la cosa, pero ese sentimiento que digo está, al menos para mí y tal vez sea un nuevo punto de partida.

El agente de la CIA que según la agencia Reuter codeó y panceó a cien periodistas que en Valle Grande pretendían ver el cadáver, dijo una frase en inglés: "awright, get the hell out of here". Esta frase con su sello, su impronta, su marca criminal, queda propuesta para la historia. Y su necesaria réplica: alguien tarde o temprano se irá al carajo de este continente. No serán los que nacieron en él. No será la memoria del Che."


video y voz del Che (sobre el Imperialismo)


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Envio
H.H. Boleso

Me parece oportuno recordar junto al CHE, a otro gran argentino, Julio Cortázar, quién ante la muerte del primero, sintió que "la escritura era, en ése momento, la más banal de las artes".
Vá la Carta a Roberto y Adelaida Fernández Retamar, puede hallarse en Julio Cortázar, Cartas, 1964-1968, Vol 2, páginas 1200-1201, Alfaguara, 2000, Biblioteca Cortàzar.

Guito Boleso, Corrientes, 17-10-2007.

París, 29 de octubre de 1967
Roberto, Adelaida, mis muy queridos:
Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla, comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirando esas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones.
Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del télex y lo que pasa con las palabras y las frases. Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi, la sustitución de lo insustituible.
El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en París encontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuenta palabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como si uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento.
Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me avergüenza porque hablo de mí, la eterna primera persona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antes de tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Adelaida, a todos los amigos de la Casa.
Y para ti también es esto, lo único que fui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.
Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca pero no importaba.
Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo, le tomé su voz libre como el agua,
caminé de a ratos cerca de su sombra.
No nos vimos nunca pero no importaba,
mi hermano despierto mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome detrás de la noche
su estrella elegida.
Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Adelaida.
Hasta siempre,
Julio

NUEVA LITERATURA -




V Encuentro de la Nueva Literatura Correntina


Cultura: 12, 13 y 14 de Octubre –Corrientes Capital –Sala Vañek de la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes. Calle San Juan Nº 546Inicio Viernes 12 a las 17 hs.


Tres jornadas de charlas y trabajos intensivos con la presencia de:Organizado por el Grupo Cultural Nueva Literatura Correntina y la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de Corrientes. Con la participación especial de:Grupo Cultural Pájaro de Tinta de Caa Catí – Corrientes.Taller Ananga Aranga y La Maratón Cultural de Resistencia, Provincia del Chaco.Grupo Misioletras – De la provincia de misiones.Dementeazul – Representantes de la provincia de misiones.Grupo Psique de Gobernador Virasoro- Corrientes. Taller Ñuvaity de Gobernador Virasoro – Corrientes.C.A.J. de la ENET de Virasoro y Taller de Narración Oral.SADE Bella Vista.

N.L.C. Corrientes Capital.SADE Corrientes.Acceso libre y gratuito.


Encuentro de la NLC.


El Encuentro está destinado al intercambio y la actualización de los fenómenos organizativos, de exposición, difusión, edición, gestión y creación literaria que se verifican en la región y que afectan a la respectiva literatura contemporánea. Son jornadas de trabajo, intercambio de informaciones, contactos e historiografí as. Se presentan pequeñas muestras aportadas por cada representació n literaria.Los escritores provenientes de otras localidades que deseen asistir al encuentro deben inscribirse vía e-mail a nuevaliteratura@ gmail.com a los fines de reservar alojamiento.


Los encuentros y eventos de la NLC son de libre acceso y sin costo alguno de inscripción o participación.Los grupos que han confirmado su participación activa:Grupo Cultural Pájaro de Tinta, Institución cultural creada en Caá Catí, Provincia de Corrientes, entre cuyos fundadores figuran José Alberto Alarcón, Fabian Brizuela, Irene Perez y Rodrigo Galarza.Originalmente creado como un taller literario, fue creciendo hasta editar su propia antología y revista cultural.


En la actualidad es el principal referente cultural de la localidad CorrentinaTaller Anangaranga y La Maratón CulturalTony Salazar, escritor, docente y gestor cultural se suma activamente al V Encuentro de la NLC aportando para el espacio común de los Talleres Literarios la historiografí a, contactos y recursos digitales del taller Anangaranga al cual se integra, y a su vez ofrece un espacio propio para explicar y hacer una exhibición sobre "La Maratón Cultural", evento que anualmente se desarrolla en las ciudades de Resistencia y Corrientes Capital.


Misioletras

El grupo misionero organizador de presentaciones, antologías y encuentros de escritores en la provincia vecina, por intermedio de la escritora Jenny Wasiuk, ofrece un espacio común para exponer la historia del grupo, invitar a los encuentros que realizan anualmente y dialogar sobre los fenómenos peculiares de los movimientos culturales y literarios en Misiones.


Dementeazul

Por intermedio del escritor Theodosio Barrios y artistas plásticos de la provincia vecina se acercan a contar la historiografí a de los encuentros, ediciones y proyectos desarrollados por el grupo cultural Dementeazul para difundir los trabajos de sus integrantes, inculcar el amor a la literatura y aprovechar sistemas alternativos de edición, autoedición y publicidad para los trabajos literarios Grupo Psique de Gobernador Virasoro. Uno de los principales referentes de la NLC que se ha destacado por generar en dos años consecutivos los encuentros regionales de literatura en su propio municipio y convocar a escritores de Corrientes, Chaco, Misiones y Buenos Aires.


Se presenta con el taller de literatura erótica y un informe sobre el último encuentro regional.Taller Ñuvaity de Gobernador Virasoro. Las escritores Susana Barrios de Tones y la Sra. Reina Irala nos aproximan experiencias y trabajos del taller literario de la ciudad de Gobernador Virasoro.

Resumen de experiencia, historiografí as y referentes.

C.A.J. de la ENET de Virasoro y Taller de Narración Oral.Además del taller Ñuvaity, las directoras de la misma institución confirman la presencia de los representantes del taller literario del C.A.J. de la ENET de Gobernador Virasoro. En trámites, la presencia de las escritora Fátima Ortiz, Mario Rodríguez y Profesora Diana Lascano.

El Taller de Narración Oral de Gobernador Virasoro nos acerca una exposición historiográfica de la agrupación, su participación en encuentros y cursos en Buenos Aires, actualizaciones de sus proyectos, una narración en vivo y los contactos para cooperaciones y emprendimientos futuros.


SADE Bella Vista.Otro de los grupos pilares de la NLC en la provincia de Corrientes. Organizadores del II Encuentro de la NLC y actuales gestores de la seccional Bella Vista de la Sociedad Argentina de Escritores. Se presentan para informar e invitar a los proyectos que actualmente desarrollan en la ciudad de Bella Vista.


S.A.D.E. Corrientes Capital. Institución literaria de larga trayectoria en Corrientes Capital que se ha sumado a la iniciativa de la NLC desde sus orígenes aportando recursos para traslado de escritores, donación de libros y respaldo institucional pleno a las iniciativas de la NLC. En esta oportunidad se presenta para la coordinación de la charla sobre talleres literarios.

Sobre el libro DE LAS MUSAS DE MI VIDA -


La tragedia de Bella Vista-
Un Nuevo 8 de Setiembre

por Marta Chemes

Cada año, cuando se acerca caray Setiembre, tengo la sensación de que “tengo que pagar una deuda que otros no pagaron…”
Es así: queda latiendo la injusticia de una generación de músicos perdidos, (y otros lastimados por tan dura experiencia...)
Este año…vuelvo a recordar la reflexión de Paí Julián Zinni, cuando dijo ..” ha de ser que Bella Vista es nomás La Puerta del Cielo..porque por ahí entraron nuestros musiqueros …”!! Y me colma de paz la poesía de Julián que me deja mirar el río por ahí, soñando con el recuerdo de mis queridos amigos!!
Este año, quiero compartir con los lectores, un episodio del relato autobiográfico de mi amigo Tito Gómez…(uno de los “renacidos de Bella Vista…”).En su trabajo “De las musas de mi vida” cuenta con el corazón en la mano, su fuerte experiencia…
Deseo que sea motivo de profunda reflexión…
por todas las connotaciones que pueden ayudar a nuestros candidatos a gobernantes a hacerse cargo del Patrimonio Cultural invalorable que son los Artistas Populares…esos, cuya misión en la vida, es hacernos más felices; hacernos sentir orgullosos de nuestra tierra, de nuestro acervo; regalarnos la alegría de la música, la danza, la poesía, el canto, y esas tremendas vivencias que nos permiten sabernos pertenecientes a la tierra más hermosa y que deseamos profundamente que vuelva a ser…”La Tierra sin Mal” !!! Marta Chemes*

A continuación: “De Las Musas de mi Vida” Autor: Tito Gómez


La tragedia del 8 de Septiembre de 1989

Convocados para representar a Corrientes en el Festival Internacional de Folklore en Niza, Francia, comenzamos a ensayar un grupo de conjuntos, solistas, cuerpos de danzas y recitadores en las instalaciones de la Sociedad Italiana. Habíamos logrado una cohesión y un nivel artístico, quizás inalcanzado en Corrientes.
Prestigiando esta delegación, acudieron a participar artistas de Resistencia, Chaco. El resultado, con la genial puesta en escena de Dante Cena, desbordó la más exigente de las expectativas.
Muchos fueron los sueños depositados en ese viaje. Por nuestra parte, nosotros, los de “Reencuentro”, utilizaríamos solamente el pasaje de ida. Desde Francia, pensábamos viajar a España donde nos esperaba uno de los guitarristas de Alfredo Zitarroza, el entrerriano “Dioni” Velázquez. Éste, nos había escuchado en su pueblito natal de Santa Elena, en el “Festival de la Chamarrita”, y quedó muy impresionado por la forma en que sonaba nuestro conjunto.
Apenas bajamos del escenario, lo apartó al “Gringo” quien luego de dos horas de conversación, me contó que “Dioni”, quién residía desde hacía años en España nos proponía que fuéramos todos a intentar suerte allá – por supuesto, nos dijo, yo quiero tocar con ustedes la primera guitarra -.
Lamentablemente, muy lamentablemente, ese viaje no se concretó: a 24 horas de la partida, el entonces Director de Turismo Julio Traynor, suspendió sin motivo aparente nuestra participación en el festival. La indignación de todos fue enorme; para solventar los gastos del viaje muchos habían malvendido sus departamentos ó sus automóviles... para nada…
Como la integridad de ese funcionario corría peligro, éste optó por desaparecer de su lugar de trabajo y de su domicilio por largo tiempo.
(...)
Un mes más tarde, el viernes 8 íbamos a presentar nuestra delegación en Bella Vista. El sábado 9 nos tocaba ir a Formosa, y el domingo 10 estaba previsto el Domo del Centenario de Resistencia.
Con cierto retraso, partíamos desde Corrientes rumbo a Bella Vista.
Apenas llegamos, descendimos todos en el Club Juventud; los cuerpos de danzas se quedaron para ensayar, la gente de sonido de FONEA -Raúl Díaz y Patricia Semper-, también descendió junto al equipo de iluminación y efectos especiales, para montar todo y preparar el espectáculo de la noche.
De pronto “Yacaré” Aguirre dijo en voz alta: “a ver, vengan conmigo a la radio todos los músicos para que Bella Vista se entere de que ya llegamos”.
Partimos en el mismo micro, trece personas, diez músicos, dos choferes y un bailarín llamado “Puchi” González, que, como estaba cansado, (había vuelto de una peregrinación a Itatí), ni se enteró que, sería involuntario protagonista de la tragedia, puesto que no se bajó en el Club ni en la radio, y continuó durmiendo en su asiento del micro.
(...)
Eran las 19:40 cuando ascendimos nuevamente al micro. Escuché una voz que no pude precisar de quién era, que le dijo al chico que manejaba: “¡dale, dale, que llegamos tarde!”.
Al poner en marcha el Aklo, (tal era la marca del colectivo), de procedencia inglesa, muy antiguo y maltrecho, observé encendida en el tablero una luz roja, la que según después supe, indicaba falta de aire en el compresor, ya que éste, se había descargado en su totalidad a través de los pulmones de freno averiados.
Llegamos a la esquina, donde debíamos girar a la izquierda para retomar la calle Buenos Aires, pero una camioneta mal estacionada, nos impidió la maniobra.
Nuestro chofer, colocó entonces la trompa del vehículo en la bajada, trabando por precaución la rueda delantera derecha contra el cordón derecho de la vereda. Luego, en reversa, intentó retroceder ese par de metros. Pese a acelerar a pleno motor, no consiguió salir de la bocacalle que sería luego nuestra trampa mortal. El chofer no sabía que al final de esa bajada estaba el Paraná, que de día, se divisa claramente desde allí; pero había oscurecido y nuestra visión llegaba tan sólo, hasta donde alumbraban los faros del micro.
Ante lo infructuoso de los intentos, Ricardo Scófano, (nacido en Bella Vista y conocedor de la zona), le dijo al conductor: “esta porquería no va a subir marcha atrás, mas vale que des la vuelta por abajo y salimos por la otra calle”. Obviamente, nadie, excepto el chofer, sabía de la falta de presión en el compresor.
Ante el apuro de los que conducían “La Delegación”, el chofer, creyendo que esa bajada se transformaría luego de unos metros en terreno llano, destrabó la rueda delantera para continuar la marcha por esa calle. Ya en los primeros metros del recorrido, el micro fue tomando una aceleración inusitada, y la primera curva de la pendiente ya la tomó fuera de control, balanceándose hacia los costados. ¡¡¡Los frenos no funcionaban!!! ¡¡¡Mis ojos iban fijados en los brazos del conductor ya que de ellos dependía mi vida!!! Como no sabía que debajo de la pendiente estaba el río, yo esperaba en cualquier momento el corte en la carne o la fractura en los huesos, ya que esperaba el impacto del vehículo sin control contra algo o el vuelco, pero jamás el agua!!!.
El pánico se generalizó: entre los gritos de los que estábamos dentro, recuerdo la voz de Ricardo repitiendo desesperadamente: “¡¡¡este colectivo no tiene frenos!!!” “¡¡¡este colectivo no tiene frenos!!!”.
Esos gritos, sumados a los gritos de terror de todos los que íbamos arriba del micro y el fragor de los neumáticos del Aklo rodando a toda velocidad fueron lo que más impresionó - según supimos después - a los testigos presenciales de la caída. Un peritaje ulterior, estableció que habíamos alcanzado los ¡104 km./h.!
Luego de unos 300 metros de carrera desenfrenada, el colectivo despegó el tren delantero del suelo, volteó como a un junco una palmera, y con las ruedas traseras derribó la baranda de la costanera. Un par de segundos antes de iniciar el vuelo por el aire, Scófano gritó: “¡guarda que nos vamos al agua!”.
Zito Segovia, que iba sentado en el apoyabrazos del asiento contiguo al mío, pasillo de por medio, me aturdió con otro grito desgarrador: “¡Jesús, yo no sé nadaaar!”.
(...)
El peso del motor inclinó la trompa del micro hacia abajo, haciendo que éste cayera en zambullida vertical contra el agua. Al impactar, estalló el parabrisas y el agua irrumpió violentamente al interior, impidiendo a los choferes despegarse de sus asientos. Recuerdo que hacía mucho frío, razón por la que todos íbamos abrigados con camperas y todas las ventanillas del micro estaban cerradas.
Conté uno, dos, tres antes que el agua me cubriera. - Difícilmente, un ser humano normal, sería capaz de pensar que hacer en tres segundos –. Aspiré hondamente aire en mis pulmones, y una fracción de segundo antes de entrar en el túnel oscuro alcancé a ver que Carlos Miño, ya tenía medio cuerpo fuera de la ventanilla. Actué rápidamente; no sé si por imitación ó por inspiración divina: me tomé del parante de la ventanilla, esperé que Carlos terminara de salir y ya sin ver nada, intenté seguirlo.
Lo que entiendo que fue la succión del colectivo al hundirse, me impedía desprenderme de él. Recién cuando éste tocó el fondo del río, conseguí despegarme. Sin saber nadar, braceando desesperadamente, y sin saber cómo, salí, al cabo de una eternidad, a la superficie. Sin mis anteojos y en plena oscuridad, no alcanzaba a divisar ningún punto de referencia más allá de escuchar los gritos de mis compañeros de infortunio, pidiendo desesperadamente auxilio.
Pensaba – ojalá que no me dé un calambre, ojalá que ninguno de los que están alrededor mío se me aferre, porque nos ahogaríamos los dos –.
(...).
Después de unos minutos, que me parecieron eternos, interminables, para mi fortuna, “Mozú”, un pescador que escuchó mis desesperados pedidos de auxilio, corrió por la costanera hasta el lugar desde el cual el río me llevaba inexorablemente hacia la muerte. ¡Vení nadando para acá! - me gritó – ¡¡¡No sé nadaaaar!!! fue mi respuesta en igual tono. Escuché entonces: ¡ahí va un salvavidas!
El único sentido que conservaba, mi oído, ya que mis anteojos de ver, los perdí al primer contacto con la corriente, me orientó en el momento en que braceé como pude, hacia donde me pareció que había chapoteado al caer, el providencial auxilio. Como pude me introduje en el salvavidas, que me colocó a ras del agua, horizontalmente. Recién entonces, tomé conciencia de que había estado flotando en posición vertical.
Alcancé la costa con mucha dificultad ya que repito, no sabía nadar y, cuando ya estaba al límite de mis fuerzas, mi salvador me ayudó a trepar a la costanera. Le grité entonces: “¡corré a auxiliar a los demás!”, creyendo que por haberme salvado a mí, tenía facultades para hacerlo con los otros…
(...).
Las víctimas fueron: los dos choferes del colectivo, Joaquín Adán y Miguel Ángel “Míchel” Sheridan, “Yacaré” Aguirre, Jhony Bher, “Chango” Paniagua y Zito Segovia.
Diría yo el domingo 10, cuando con Alfredo Humberto Norniella, el único periodista con el que, en razón de su vieja amistad conmigo y con el grupo, acepté hacer una nota televisiva. No me parecía ético hacerlo con todos, ante tamaña tragedia y con la presencia visible de los familiares de las víctimas.
Otros, no lo entendieron así…
(...)
Los suboficiales de la Prefectura nos condujeron a las dependencias internas del destacamento. Nos abrigaron con frazadas, que no alcanzaban de ninguna manera, para mitigar el frío del alma...
Recién después logré entender que los que no habían salido hasta ese momento, ya no tendrían chance de sobrevivir…

Por ellos; cada 8 de setiembre, es necesario pensar qué nos falta por hacer para que estas cosas, no sucedan nunca más!!
Marta Chemes


*www.ejendugabinete.com.ar

viernes, 5 de octubre de 2007

Eduardo Galeano y el conflicto papelera


Plantas de celulosa en Uruguay:

Salvavidas de plomo

Por Eduardo Galeano

Nuestros países se modernizan. Ahora el discurso oficial manda honrar la deuda (aunque sea deshonrosa), atraer inversiones (aunque sean indignas) y entrar al mundo (aunque sea por la puerta de servicio).

¿Nos seguimos creyendo los cuentos de siempre?

América Latina nació para obedecer al mercado mundial, cuando todavía el mercado mundial no se llamaba así, y mal que bien seguimos atados al deber de obediencia.

Esta triste rutina de los siglos empezó con el oro y la plata y siguió con el azúcar, el tabaco, el guano, el salitre, el cobre, el estaño, el caucho, el cacao, la banana, el café, el petróleo ¿Qué nos dejaron esos esplendores? Nos dejaron sin herencia ni querencia. Jardines convertidos en desiertos, campos abandonados, montañas agujereadas, aguas podridas, largas caravanas de infelices condenados a la muerte temprana, vacíos palacios donde deambulan los fantasmas.

Ahora es el turno de la soja transgénica y de la celulosa. Y otra vez se repite la historia de las glorias fugaces, que al son de sus trompetas nos anuncian desdichas largas.

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¿Será mudo el pasado?

Nos negamos a escuchar las voces que nos advierten: los sueños del mercado mundial son las pesadillas de los países que a sus caprichos se someten. Seguimos aplaudiendo el secuestro de los bienes naturales que Dios, o el diablo, nos ha dado, y así trabajamos por nuestra propia perdición y contribuimos al exterminio de la poca naturaleza que queda en este mundo.

Argentina, Brasil y otros países latinoamericanos están viviendo la fiebre de la soja transgénica. Precios tentadores, rendimientos multiplicados. Argentina es, desde hace tiempo, el segundo productor mundial de transgénicos, después de Estados Unidos. En Brasil, el gobierno de Lula ejecutó una de esas piruetas que flaco favor hacen a la democracia y dijo sí a la soja transgénica, aunque su partido había dicho no durante toda la campaña electoral.

Esto es pan para hoy y hambre para mañana, como denuncian algunos sindicatos rurales y organizaciones ecologistas. Pero ya se sabe que los paisanos ignorantes se niegan a entender las ventajas del pasto de plástico y de la vaca a motor, y que los ecologistas son unos aguafiestas que siempre escupen el asado.

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Los abogados de los transgénicos afirman que no está probado que perjudiquen la salud humana. En todo caso, tampoco está probado que no la perjudiquen. Y si tan inofensivos son, ¿por qué los fabricantes de soja transgénica se niegan a aclarar, en los envases, que venden lo que venden? ¿O acaso la etiqueta de soja transgénica no sería la mejor publicidad?

Y sí que hay evidencias de que estas invenciones del doctor Frankenstein dañan la salud del suelo y reducen la soberanía nacional.

¿Exportamos soja o exportamos suelo? ¿Y acaso no quedamos atrapados en las jaulas de Monsanto y otras grandes empresas de cuyas semillas, herbicidas y pesticidas pasamos a depender?

Tierras que producían de todo para el mercado local, ahora se consagran a un solo producto para la demanda extranjera. Me desarrollo hacia fuera, y del adentro me olvido. El monocultivo es una prisión, siempre lo fue, y ahora, con los transgénicos, mucho más. La diversidad, en cambio, libera. La independencia se reduce al himno y a la bandera si no se asienta en la soberanía alimentaria. La autodeterminación empieza por la boca. Sólo la diversidad productiva puede defendernos de los súbitos derrumbamientos de precios que son costumbre, mortífera costumbre, del mercado mundial.

Las inmensas extensiones destinadas a la soja transgénica están arrasando los bosques nativos y expulsando a los campesinos pobres.

Pocos brazos ocupan estas explotaciones altamente mecanizadas, que en cambio exterminan los plantíos pequeños y las huertas familiares con los venenos que fumigan. Se multiplica el éxodo rural a las grandes ciudades, donde se supone que los expulsados van a consumir, si los acompaña la suerte, lo que antes producían. Es la agraria reforma: la reforma agraria al revés.

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La celulosa también se ha puesto de moda, en varios países.

Uruguay, sin ir más lejos, está queriendo convertirse en un centro mundial de producción de celulosa para abastecer de materia prima barata a lejanas fábricas de papel.

Se trata de monocultivos de exportación, en la más pura tradición colonial: inmensas plantaciones artificiales que dicen ser bosques y se convierten en celulosa en un proceso industrial que arroja desechos químicos a los ríos y hace irrespirable el aire.

Aquí empezaron siendo dos plantas enormes, una de las cuales ya está a medio construir. Luego se incorporó otro proyecto, y se habla de otro y de otro más, mientras más y más hectáreas se están destinando a la fabricación de eucaliptos en serie. Las grandes empresas internacionales nos han descubierto en el mapa y se han brotado de súbito amor por este Uruguay donde no hay tecnología capaz de controlarlas, el Estado les otorga subsidios y les evita impuestos, los salarios son raquíticos y los árboles brotan en un santiamén.

Todo indica que nuestro país chiquito no podrá soportar el asfixiante abrazo de estos grandotes. Como suele ocurrir, las bendiciones de la naturaleza se convierten en maldiciones de la historia. Nuestros eucaliptos crecen 10 veces más rápido que los de Finlandia, y esto se traduce así: las plantaciones industriales serán 10 veces más devastadoras. Al ritmo de explotación previsto, buena parte del territorio nacional será exprimido hasta la última gota de agua. Los gigantes sedientos nos van a secar el suelo y el subsuelo.

Trágica paradoja: éste ha sido el único lugar del mundo donde se sometió a plebiscito la propiedad del agua. Por abrumadora mayoría, los uruguayos decidimos, en el año 2004, que el agua sería de propiedad pública. ¿No habrá manera de evitar este secuestro de la voluntad popular?

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La celulosa, hay que reconocerlo, se ha convertido en algo así como una causa patriótica, y la defensa de la naturaleza no despierta entusiasmo. Y peor: en nuestro país, enfermo de celulitis, algunas palabras que no eran malas palabras, como ecologista y ambientalista, se están convirtiendo en insultos que crucifican a los enemigos del progreso y a los saboteadores del trabajo.

Se celebra la desgracia como si fuera una buena noticia. Más vale morir de contaminación que morir de hambre: muchos desocupados creen que no hay más remedio que elegir entre dos calamidades, y los vendedores de ilusiones desembarcan ofreciendo miles y miles de empleos. Pero una cosa es la publicidad, y otra la realidad. El MST, el movimiento de campesinos sin tierra, ha difundido datos elocuentes, que no sólo valen para Brasil: la celulosa genera un empleo cada 185 hectáreas y la agricultura familiar crea cinco empleos por cada 10 hectáreas.

Las empresas prometen lo mejor. Trabajo a raudales, millonarias inversiones, estrictos controles, aire puro, agua limpia, tierra intacta. Y uno se pregunta: ¿por qué no instalan estas maravillas en Punta del Este, para mejorar la calidad de vida y estimular el turismo en nuestro principal balneario?

Eduardo Galeano, escritor y periodista uruguayo,


autor de "Las venas abiertas de América Latina" y "Memorias del fuego".

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Agradecemos a Antonio Tarragó Ros el envio de esta nota